«Debilitan la convivencia del país»


Ni palabra de la remisión, el mediador, el ‘lawfare’, las concesiones al independentismo catalán o los ataques a los jueces de sus socios de investidura. Pedro Sánchez erigió ayer como auténtico enemigo a la «internacional ultraderechista» que «amenaza nuestras democracias» y a la que, menos mal, «en España vencimos el 23 de julio, por lo que estamos agradecidos a la voluntad popular». Desde Santiago de Compostela, el presidente del Ejecutor afirmó que «sería bueno que el PP en toda España revisara sus acuerdos con Vox y acabara con esos gobiernos que están debilitando la convivencia en nuestro país». «No entiendo el compromiso político que hay detrás», ha lamentado, enumerando decisiones como «quitar bancos públicos con los colores de la bandera LGTBI, censurar obras de teatro y películas, desmantelar políticas vinculadas con la violencia de artículos» o la «banalización o inutilidad de la evidencia científica del cambio climático».

El mismo Pedro Sánchez que se erigió en su discurso de investidura como «tapia» frente a la medio de la población que votó conservador ha predicado este sábado el «respeto al adversario político, porque nunca es el enemigo». Resonantes todavía las carcajadas en la tribuna del Congreso que dedicó a Alberto Núñez Feijóo, el líder socialista ha reivindicado que sus principios serán «el trabajo, la tolerancia y el respeto». «No vamos a insultar a nadie, no vamos a elevar el tono, no responderemos a la bronca con más bronca». Así, ha contrastado las «cien manifestaciones» de la derecha contra la remisión en estos vigésimo días desde que fue reelegido presidente del Gobierno con las decisiones adoptadas en servicio de la paridad, la ciencia, el inicio de la tramitación de los Presupuestos del Estado o la nueva subida del SMI.

El discurso, con el que Sánchez ha inaugurado este sábado la convención política del PSdeG-PSOE, ha estado plagado de los lugares comunes que frecuenta recientemente en sus intervenciones: exigencia al PP para renovar el CGPJ y cumplir así la Constitución, referirse a Santiago Abascal como «vicepresidente» de Alberto Núñez Feijóo, España como país defensor de la paz y la convivencia entre Israel y Palestina… No podía fallar su flecha «a las tertulias», donde «hay muchedumbre que insulta y otros somos insultados». «Hay muchedumbre que practica una polarización asimétrica», ha denunciado, «el respeto empieza por respetar el resultado de las elecciones y la legalidad de un Gobierno que ha sido respaldado por los representantes de más de 12 millones de ciudadanos en el Congreso».

La convención política del PSdeG-PSOE pretende sentar las bases del software electoral con el que el partido concurrirá a las próximas elecciones autonómicas gallegas. Pero, principalmente, Sánchez ha acudido a dar un impulso al candidato José Ramón Gómez Besteiro, un hombre de su más estrecha confianza. El presidente del Gobierno ha revelado que le ofreció formar parte de este postrer recibidor ministerial, pero que Besteiro «me dijo que no porque quería ser el próximo presidente de la Xunta». Sin incautación, no acaba de provenir en las encuestas, que lo siguen manteniendo como tercera fuerza en expectativa de voto, muy por detrás de los nacionalistas gallegos. Tanto las que se han hecho públicas como las que manejan los propios partidos políticos reflejan que el PP mantendría con holgura la mayoría absoluta en unas elecciones de las que se desconoce la término exacta, pero para las que se maneja como atmósfera más probable el plazo mayor de tres meses.

Sánchez y el PSOE son conscientes de la trascendencia de las autonómicas gallegas. El PSOE no arriesga gran cosa, cubo que parte como tercera fuerza a pesar de sus aceptables resultados en las generales de julio. Pero el PP sí, sobre todo su presidente franquista, Alberto Núñez Feijóo. El presidente del Gobierno sabe que asestar un codazo en Galicia, arrebatándole a los conservadores la mayoría absoluta, abriría una vía de agua en Génova, de consecuencias imprevisibles. Se da por descontado que Sánchez se volcará en estas elecciones arropando a su candidato. De hecho, volverá en al punto que un mes para la conferencia política federal que el PSOE celebrará en La Coruña, donde de nuevo pondrá sus focos para enseñar a Besteiro. Para esas fechas, con toda probabilidad, las gallegas ya estarán convocadas.

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