cuidado con los compañeros de trabajo estando de fiesta



Faltan sólo unos días para que todas las familias se reúnan y celebren juntos las Navidades. Y, tradicionalmente, el fin de semana precursor es habitual ver cómo los restaurantes se llenan de compañeros de trabajo. Son comidas y cenas desenfadadas en las que en ocasiones los trabajadores se relajan en exceso, terminan bebiendo más de la cuenta y la sensación de confianza se amplifica hasta el punto de tener un arrebato de sinceridad, incluso con los jefes, del que cualquiera se puede arrepentir al día ulterior. Porque tan importante es lo que se dice como lo que se hace.

Ojo con lo que se dice en las comidas y cenas de empresa

Momentos con más cariño de lo habitual entre abrazos, besos, momentos de baile en los que se muestran habilidades escondidas de algunos compañeros, todo es susceptible de ser fototipia con el móvil o en la retina de cada uno. Por eso, en estas celebraciones muchas veces se pide que los móviles con los que grabamos todo se queden a un costado, porque lo que sucede en la cena de empresa se ha de permanecer en la cena de empresa. Sin incautación, en ocasiones es casi mejor que alguno termine grabando lo que puede producirse porque sólo queda en el rememoración y la historia se va contando de boca a oreja, termina por hacerse una fábula más alto de lo que en realidad sucedió.

Conversaciones informales que pueden tener consecuencias

Pase lo que pase, hay que retornar al trabajo con esos mismos compañeros y jefes, es importante memorar esto porque la imagen de cada uno puede encontrarse afectada. La conclusión es clara, es mejor controlarse en este tipo de celebraciones, y en caso de querer darlo todo es mejor optar por hacer otro día una celebración alternativa con un pequeño asociación con el que se tenga confianza y que no valor cómo termine la fiesta.

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