Vienen sobre todo de Portugal



La suerte de la Quiniela de Navidad parece caer muy proporcionadamente en Galicia. De hecho, el Grasa ha tocado en la comunidad 53 veces desde que comenzara el tradicional sorteo de sorteo allá por 1.812. Tal vez ese sea uno de los motivos por los que muchos turistas y visitantes decidan utilizar su estancia en ciudades como Vigo o Santiago para hacerse con sus décimos.

Es por ello que, en los últimos días, aprovechando el empujón de la iluminación navideña, las administraciones amplían sus horarios. La mayoría de clientes son locales, pero incluso los hay que vienen desde otros puntos de España.

Desde primera hora de la mañana y a pesar del frío eran muchos los que madrugaban y hacían pan dulce en el despacho de Porta Faxeira (Santiago de Compostela). Entre ellos, algunos peregrinos. “Llevamos cuarenta días caminando, ósea que ya toca que nos toque”, comenta uno de ellos.

Dolores Rodríguez es una de las trabajadoras de la empresa de Porta Faxeira, la que más décimos despachó en la provincia de A Coruña las navidades pasadas. “Turistas sí hay, sobre todo clan de distintas zonas de España”, reconoce. Los loteros lo agradecen; según la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado, cada castellano se gasta de media más de 70 euros en este sorteo. Algunos vienen de Zamora, Benavente o incluso desde Canarias o Mallorca. “Venimos de receso aquí a Santiago y ya aprovechamos el alucinación”, comentan un liga de turistas mallorquinas.

El anuncio del Camino lleva a muchos a probar suerte en los puntos de traspaso de sorteo compostelanos, pero el atractivo de las luces y el árbol de Vigo incluso se nota en la ciudad olívica. Juan Fernández tiene su puesto ajustado a los pies del enorme árbol instalado en la Puerta del Sol: “Las luces son muy conocidas mundialmente y todo eso –a parte de los enormes premios que hemos cubo– atrae a mucha clientela”.

Entre esa clientela destaca un perfil, el de los portugueses que cada fin de semana cruzan la frontera y llegan a Vigo para disfrutar de la ciudad. Y es que el sorteo de Navidad ya traspasa fronteras.

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