La fragata Méndez Núñez vigila una treintena de barcos rusos en cuatro meses en el Mediterráneo


A unas 10 millas de la costa de Málaga (unos 15 kilómetros), la ministra de Defensa ha visitado la fragata española Méndez Núñez, que este lunes cumplía cuatro meses de delegación integrada en la agrupación permanente de la OTAN SNMG-2. En los próximos días, al buque solo le queda parada en Rota (Cádiz) y arribada a Ferrol el día 22 para finalizar la operación.

Pese al buen humor en la recta final de la delegación, la tripulación reconocía que han sido meses en los que a borde ha estado muy presente la tensión que vive el Mediterráneo uruguayo, tanto por la presencia de buques rusos, que tienen una pulvínulo en Siria, como por el más nuevo conflicto en Oriente Medio.

El objetivo de estas misiones de la Alianza Atlántica es mostrar presencia en el Mediterráneo para labores de disuasión y realizar una vigilancia activa sobre las unidades de la flota rusa que incluso operan en la zona. En concreto, en estos cuatro meses, la Méndez Núñez ha tenido 31 interacciones con buques rusos (14 de ellas con su Óleo y otras 17 con mercantes).

En estos encuentros, los buques de uno y otro lados siguen un protocolo destinado a evitar un conflicto. Se mantienen a una distancia de seguridad, realizando maniobras y labores de inteligencia. «Nos miramos mutuamente, de dónde viene, dónde va y demostramos disuasión», ha resumido el comandante de la Méndez Núñez, el capitán de fragata David Díaz-Caneja. Entre ellos no hay comunicación, exceptuado en una ocasión en la que los rusos avisaron de que estaban realizando operaciones de revoloteo.

La presencia de barcos rusos en el Mediterráneo es habitual, aunque el número ha descendido desde el inicio de la invasión de Ucrania conveniente a que el país concentra anciano número de fuerzas en el meta. En cualquier caso, siempre son monitorizados por la OTAN.

Todavía sucede a su paso por las aguas de soberanía española. La pasada semana fue el patrullero de la Armada Centinela el que se hizo a la mar desde Ferrol para realizar el seguimiento de un submarino ruso procedente del Báltico. Su actividad fue de seguimiento hasta que cedió el informante a los portugueses.

En su despliegue, la Méndez Núñez incluso ha notado los género del conflicto en Oriente Medio, aunque en ningún momento ha atravesado el Canal de Suez para entrar en el Mar Rojo, una zona con un elevado nivel de tensión conveniente a ataques atribuidos a rebeldes hutíes.

Este martes el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha convocado una reunión con otros países para analizar la posibilidad de una delegación marcial en el Mar Rojo que contribuya a estabilizar la región. España no se plantea participar en ella de forma autónomo, según han aventajado fuentes del Empleo de Defensa. Otra cosa sería que la Unión Europea decidiera extender a la zona las atribuciones de la operación Atalanta, liderada por España para pelear contra la piratería en el Índico.

De hecho, los ataques en la zona han reaparecido en las últimas semanas tras casi tres primaveras de tranquilidad. Hace dos semanas un buque iraní fue objeto de un asalto y esta semana ha sido un barco búlgaro el objeto de un ataque pirata. El barco, el mercante MV Ruen, fue asaltado en la mañana del día 14 y los 18 miembros de su tripulación secuestrados. La fragata española Trofeo se encuentra ahora frente al buque haciendo seguimiento de la situación.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *