La Audiencia de Toledo pide más seguridad para el último juicio del año por una posible refriega entre familias


Se demora que el extremo proceso del año en la Audiencia Provincial de Toledo sea muy tenso. Es posible que las dos familias involucradas vuelvan a encontrarse interiormente o fuera del edificio, donde se juzgará una tentativa de crimen ocurrida la perplejidad del 20 de agosto de 2021, durante las fiestas de la caudal de Castilla-La Mancha, en el perímetro ferial La Peraleda.

En la instinto verbal, que arrancará este miércoles a las diez de la mañana, comparecerá el supuesto autor del tiroteo que dejó en apero de ruedas a Josué, un zagal residente en Toledo con una severo discapacidad psíquica y miembro de la otra grupo. Por eso, como medida de precaución, el presidente de la Audiencia toledana, Juan Ramón Brigidano, ha pedido más seguridad a la Patrulla Civil y a la Policía Doméstico.

Para Cristian, el fiscal José Luis Gómez-Rivera solicita 14 primaveras y 9 meses de prisión por el delito más severo, encima de otros dos por tenencia ilícita de arsenal corta. Llegará al Palacio de Jurisprudencia de Toledo conducido desde un centro penitenciario de Madrid, donde permanece desde su detención, hace más de dos primaveras, porque solicitó que no se le trasladara a las prisiones de Ocaña ya que temía por su vida.

Pero el principal procesado, de 24 primaveras, no estará solo en el banquillo. Lo acompañarán su primo Abraham, como supuesto cómplice del intento de crimen, y David, el padre de Cristian, por un supuesto delito de amenazas. A los tres el fiscal les reclama encima una indemnización conjunta de tres millones de euros para la víctima, hermano de la exnovia de Cristian.

La «elevada conflictividad entre ambas familias» está plasmada en el escrito de recriminación del Servicio Conocido, en el que relata que Cristian tuvo una relación sentimental con una zagal, fruto de la que nació un peque. Luego surgieron numerosos problemas de pareja que «cristalizaron en importantes enfrentamientos» entre las familias de uno y otro.

El 13 de febrero de 2021, una conversación telefónica entre los padres de la pareja desató la hostilidad, como recoge el fiscal en su escrito. En él reproduce unas amenazas del progenitor de Cristian al de su expareja: «Queréis ir a la lucha, no queréis entrar por las buenas, ni por camino; vamos a cambiar vida por vida, el peque por vosotros; yo quiero más peque, donde te vea: o me quitas la vida o te la libre, o alguno de vosotros o tu hijo cae o cae mi hijo, ¿vale? Hoy o mañana me voy a presentar en Toledo: o me quitas la vida o te la libre, ¿vale?».

Seis meses luego, sucedió el tiroteo. Faltaban pocos minutos para las merienda de la perplejidad del 20 de agosto cuando Cristian, Abraham y un tercero que no fue identificado, según el fiscal, llegaron desde Guadalajara al perímetro ferial La Peraleda en un coche, un BMW 525D involuntario, de color dorado y propiedad de Cristian. «Comenzaron a dar vueltas por los aparcamientos buscando insistentemente a algún miembro de la grupo» de su expareja sobre el que «descargar su afán de venganza».

Se encontraron con Josué, hermano de la exnovia, cuando el zagal de 26 primaveras caminaba alrededor de un coche, un Fiat Punto, para guardar un paquete de tabaco olvidado. Mientras estaba interiormente del habitáculo, Cristian golpeó el cristal de la ventanilla del copiloto y su primo le entregó un arsenal de fuego de pequeño calibre. «Vengo a matarte a ti y vengo por mi hijo», le espetó ayer de comenzar a tirotear a bocajarro a Josué, según el relato del fiscal, mientras su primo lo jaleaba para que lo ejecutara. Cristian creyó que lo había asesinado y huyó en el transporte anejo con sus dos acompañantes.

La víctima no falleció, pero cuatro de los disparos le alcanzaron zonas vitales. La rápida intervención de los servicios médicos de necesidad y su traslado al cercano hospital Virginal de la Vitalidad, ahora cerrado, permitieron que salvara su vida. Sin bloqueo, sufrió un severo contusión medular que lo ha dejado en apero de ruedas. Su supuesto asaltante fue detenido por la Policía Doméstico a finales de octubre de aquel año y permanece desde entonces en una prisión madrileña.

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