Así que lo que el partido empezó de la peor manera posible. Mientras intentaban adaptarse al partido, al rival y a la categoría y para que pasaran los primeros minutos para dejar los nervios a un lado, llegó el gol local. Corría el minuto tres y medio cuando un córner muy cerca lo remató el central Nacho González a la red. El gol dio alas a los tarraconenses y metió el miedo en el cuerpo del equipo, que ayer, por primera vez, volvió a estar verde.
Los jugadores de Dani Vidal fueron los dominadores absolutos ante un Arenteiro que corrió tras el balón y no encontró el lugar. A los ocho minutos Marc Fernández perdonó el segundo tras un rechace de Diego García, que empezó con su recital. Al diez Borja Martínez disparó desviado y al 16 un centro de Andy Escudero se paseó por el área sin encontrar rematador.
La primera llegada verde fue a los 20 minutos.. Jordan Sánchez centró desde la derecha, Miku remató, despeja la defensa y Curro dispara alto.
Volvió a la carga el Nástic, que dispuso de un par de disparos desde la frontal de Andy Escudero y Borja Martínez que fueron bien detenidos por Diego García. Y la más clara fue un doble disparo, el primero de nuevo de un Escudero muy activo, que despejó Diego con dificultad. El rebote lo aprovecha Marc Fernández, pero nuevamente apareció el portero verde para abortar el disparo.
Llegó el descanso, que fue lo mejor que le pudo pasar a Arenteiro, irse al vestuario con el mencionado 1-0. En la segunda parte poco o nada cambió La decoración. Volvió a salir muy fuerte el conjunto local, que en el minuto 48 dispuso de otra ocasión clarísima. Andy Escudero se fue a por su banda, sacó un centro preciso que Jaume Jardí remató con maestría, pero cuando el balón se colaba apareció una mano milagrosa de Diego García para mandar a córner y evitar el gol. En el 50 disparo de Oriol y de nuevo Diego. Y en el 51 una buena jugada combinada de los locales la remató Borja Martínez para reencontrarse con un portero muy seguro.
La fiesta fue un monólogo. y llegó el momento de hacer cambios y buscar algo diferente. Primero entró Tiago, después Marquitos y después Manín y Javi Moreno. Y el Arenteiro se lo agradeció. Estaba más fresco y subió más. Aunque antes todavía volvió a aparecer un pie milagroso de Diego para evitar el gol de Jardí y una parada abajo para solucionar el disparo de Pablo Fernández.
Entraban en la recta final y Arenteiro, después de sufrir tanto, sólo tenía 1-0 en contra y el oportunidad de sorprender. Y estaba listo. Los últimos diez minutos fueron suyos. Quién sabe si por valentía, si por miedo de los locales a perder los puntos o porque llegaron más frescos. Qué diferencia hace. El caso es que el Pibe pudo empatar, luego de un gran control y dos cortes, el balón se fue arriba. Dos tiros de esquina consecutivos no encontraron rematador y un tiro libre directo ejecutado por Jordan Sánchez pegó en la barrera y también se fue a córner.
Vuelve vacío, con la experiencia de lo que es la Primera RFEF y que si siguen creciendo darán más guerra que en Tarragona.