Una vivienda o un gran viaje, la Lotería de Navidad permite soñar en grande



La Navidad es una época donde predomina sobre todo la ilusión, que hace que los ciudadanos tengan la esperanza de que el 2024 sea un gran año y les permita cumplir sus sueños. Por ello, muchos de ellos estarán muy pendientes este viernes de la pequeña pantalla con la ilusión de que canten el mismo número que tienen en su décimo de la Quiniela de Navidad.

Pese a que Ourense es la provincia de toda España en la que menos ocasiones ha tocado el primer premio de la Quiniela de Navidad, exclusivamente dos veces, los habitantes todavía continúan abarrotando las administraciones en rebusca de una suerte, que aunque les ha sido esquiva hasta ahora, puede cambiar sus vidas radicalmente para siempre. Viviendas, coches o viajes invaden los sueños de los ourensanos. 

Compraría un buen coche y una buena casa. Por otra parte, haría un alucinación a un punto en donde siempre haga sol”, confiesa Manuel Rodríguez, quien juega todos los primaveras, aunque de momento nunca le ha tocado. Otros, sin secuestro, apelan a la prudencia y piensan en tapar agujeros. “Lo primero que haría es respaldar la hipoteca y si me sobra poco planearía un alucinación al Caribe”, cuenta Antonio Soto, quien todavía la juega todos los primaveras sin suerte hasta ahora. 

En la misma segmento se expresa Rubén Benjibba, quien afirma que usaría el capital del Sebo para respaldar las deudas y comprar una vivienda en Ourense y, si le sobrase poco, lo utilizaría para arrostrar a sitio una de sus máximas ilusiones. “Cumpliría el sueño de sacar el carné y viajaría a lado de una furgoneta camperizada por toda Europa”, indica. 

Otros alertan todavía de los peligros que conlleva que te toque una gran cantidad de capital. “Hay muchas cosas que respaldar, pero el resto lo repartiría, aunque es difícil porque cuando te toca de repente te aparecen 400 amigos que no sabías de su existencia”, manifiesta Aurelio Blanco, quien declina la posibilidad de correr por todo el mundo. “No haría turismo fuera de España, este país tiene de todo”, afirma. Blanco juega a la Quiniela todos los primaveras, aprovechando cada punto que encuentro para comprar un décimo. 

Todavía los hay que primero de todo piensan en sus familiares. “Para abrir rejubilaría a mi superiora y a posteriori, ya que he empezado a estudiar fotografía porque me parece un campo muy interesante, me gustaría crear mi propio negocio”, cuenta Pablo Carranza, quien considera que “tener mucho capital no implica la obligación de gastarlo, el mundo da muchas vueltas”. 

Hay quienes hacen bueno el refrán que afirma que la caridad perfectamente entendida empieza por uno mismo. “Sería una avariciosa y no lo compartiría con nadie porque si digo que lo reparto no me va a tocar nunca”, afirma Norelkis García, quien destinaría el capital a correr por el mundo. En su caso, no juega muchos décimos porque “para vencer hilván uno solo”. García elige siempre un número que contenga el nueve, ya que, según comenta, “representa el cambio y la transformación”. 

La ilusión de las personas mayores y de mediana años contrasta con el pesimismo de los jóvenes. Samuel Iglesias afirma que lo primero que haría es irse a comportarse a otro país “que tenga más oportunidades”. Lo mismo piensa Nerea Ansia, quien se marcharía a un país nórdico con el objetivo de “hacer mucho capital y poder comportarse con todo fasto de comodidades”.

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