Los autores del estudio han llegado a interviuvar a en torno a de 2.000 australianos que solían asistir a 25 fiestas por año. Se llegó a valorar que desde el momento en que uno decide irse de un evento, emplea unos 45 minutos saludar y proponer adiós. Si lo calculamos matemáticamente, por año podrían ser casi 19 horas saludando, lo que equivale casi a un día. Esto invita a que te ahorres tiempo para invertirlo en otras cosas.
Ser educado puede no ser la mejor opción
Ser ‘políticamente correctos’ parece que no es lo más idóneo en este caso y, en su división, la ‘bala de humo’ puede ser la mejor opción. Esta expresión se entiende para aquellos que están en una fiesta o en algún evento y desaparecen sin proponer nulo. De hecho, a veces cuando ocurre esto pueden suceder varios minutos hasta que los amigos se dan cuenta de que dicha persona ya no está.
Marcharse de una fiesta no siempre es acomodaticio, especialmente cuando te encuentras con el huésped de la fiesta, que te intenta convencer y al final terminas quedándote más tiempo. Asimismo señalan los profesionales que es mejor “no caer en la trampa” e irte sin más, justificando que “generalmente, la mayoría de los anfitriones están muy ocupados o muy borrachos para preocuparse de si te fuiste sin saludar”.
El estudio concluye que a la ‘bala de humo’ igualmente se le conoce con la expresión de ‘despedirse a la francesa’. Esto es: cuando te vas sin devolver ni decirle nulo a nadie. No obstante, no termina de ser un estudio que pueda convencer o alegrar a todo el mundo, ya que estarán aquellos para los que sea importante saludar, aunque sea un momento incómodo o premioso.