Hace poco más de un año, el mundo de Elisa se hizo pedazos. Ella tuvo que decir adiós a su hijo, murió inesperada y prematuramente con poco más de 2 años, y soportando dolores “insondables”. En ese difícil proceso de intentar resurgir de las cenizas, una frase rondaba por su cabeza: “Un viaje a la luna”. «No sabía de dónde venía, pero lo pensaba constantemente. Pensé que tenía que ser una señal. Le pregunté a mi sobrino Lucas qué le sugirió y empezó a dibujar una luna y Simón -su hijo- en ella. Pensé en que a mi hijo le gustaba que le contara cuentos y comencé con la idea de escribir.
Pero, ¿cómo escribir una historia cuando sólo tienes el título? “Era como empezar la casa desde el tejado”, recuerda Elisa. «Escribió y borró, escribió y borró», pensando que tal vez podría servirle simplemente como algo “terapéutico” para desahogarme en ese tremendo momento de angustia. Decidió que lo mejor sería contar la historia de Simón en la tierra en forma de un “homenaje” que también ha sido “curandero” para ella.
«Este año lo he hecho todo por él. Mi objetivo ha sido que esto pueda ser una realidad. He luchado y me ha ayudado a salir adelante», resume.
Cargado de “símbolos”
El resultado ha sido una historia. cargado de “símbolos” en memoria del niño Desde el olivo que él mismo plantó, las luces navideñas que le encantaba el ‘faro’ que actúa como guía en la historia: Ekhi, un niño que también falleció y cuya madre “ha ayudado mucho a Elisa y a su pareja” en este duro camino.
Pero ‘Un viaje a la luna’ acabó teniendo también otro objetivo. El que va a terminar El “tabú” sobre el tema de la muerte. que continúa instalado en la sociedad. “La historia es para niños, pero también para adultos”, explica Elisa, quien, al atravesar el trance más duro de su vida, se dio cuenta del silencio que reina sobre este asunto. «Lo que quiero conseguir es que la gente hable de ello de forma natural»afirma.
“Niños, hasta que encuentran a un abuelo muriendo o algo así, no enfrentan lo que es la muerte. Tampoco se habla de esto en las escuelas.», indica, convencida de que cuanto antes se afronte, mejor se podrá afrontar lo que supone la pérdida de alguien cercano en el futuro. “El hecho de que lo estén interiorizando puede evitar problemas a la larga”, insiste Elisa en una historia contada en primera persona, como si Simón diera voz a la historia.
Ayuda a otros
Un libro lleno de enseñanzas, así. el recuerdo de un ser querido fallecido nunca muerelo que significa para algunos padres tener que despedirse de un hijo y la necesidad, por difícil que sea, de seguir adelante, de que la vida siga tal como es. el olivo que plantó el niño y eso que aparece en el libro, sigue creciendo.
Ahora, el objetivo es que esta historia didáctica y sanadora, cuyos fondos se destinarán a la Fundación Seur, podrán presentarse en los colegios durante el próximo curso académico. También se estrenará en establecimientos dedicados a la infancia o la maternidad y en otros entornos -el 30 de agosto se presentará en Palencia-. “Todos por y para Simón”, concluye Elisa, que también se pone a disposición de otros padres -unviajeala.luna3@gmail.com- que han sufrido el mismo duro golpe que a ella le ha tocado vivir.