El estreno fue en Tarragona, donde los verdes se encontraron con un Nàstic con pasado reciente en Primera División. Más de 1.000 kilómetros separan Carballiño de la Costa Dorada, donde se disputó el partido. Es por ello que La afición del Arenteiro tuvo que ver el partido desde las pantallas del ordenador previo pago de la suscripción a la plataforma.
Muchos de ellos eligieron ver el reunión en las cafeterías del pueblo de Orcellón, que anoche se tiñeron de verde. Fue un día para recordar y aunque al principio hubo algún susto porque no se podía ver el partido en la web que tiene los derechos, finalmente todo se solucionó. Cuando se recuperó la retransmisión prácticamente coincidió con el gol del Nástic de Tarragonaque cayó como un jarro de agua fría.
Los de Javi Rey se dieron cuenta muy pronto de que en la Primera Federación nadie perdona. Pese a las novedades de los granotas, la afición arenteiro no se desplomó y siguió creyendo en su equipo, que jugaba en tierras catalanas bajo un incesante manto de agua, un clima muy diferente al de O Carballiño, más propio del verano.
La primera parte del partido entre el Nàstic y los verdes coincidió con la segunda entre el favorito Deportivo y Majadahonda. Los hércules no consiguieron superar un empate sin goles, un aviso a navegantes de como es la Primera Federación.
La segunda parte se vivió con más intensidad y durante los últimos diez minutos más de uno se levantó del asientoSobre todo con el disparo frontal de Kid que casi significa el empate.
Al final, derrota por la mínima y toca pensar en el día siguiente, que supondrá el estreno de Espiñedo en la competición. En esta ocasión no será necesario ver el partido en el ordenador ni en un bar, ya que el templo verde está preparado para recibir a los aficionados que se acerquen a presenciar el duelo entre los locales y el Logroñés.
Ayer, Fue sólo el comienzo de una temporada que será para el recuerdo en Carballiño y del que toca disfrutar codeándose con “grandes” como Deportivo, Lugo, Ponferradina… y un largo etcétera.
A pesar del comienzo la ilusión permanece intacta y estoy seguro que se avecinan tardes y noches mágicas en Espiñedo para los aficionados que llevaban esperando desde 1958 estar prácticamente en la élite del fútbol nacional.
Aún queda mucho por disfrutar y soñar en Carballiño.