así malvive un grupo de jóvenes extutelados


Desde que la Agència Catalana de l’Habitatge de la Generalitat empezó a administrar la promoción de pisos sociales del Pla dels Frares en Arenys de Mar (Maresme), construidos por el Institut Català del Sòl en el 2006 y administrados por Adigsa, la degradación, como ha sucedido en otras promociones similares, se ha agudizado, según lamentan los residentes, por la descuido de compromiso y de mantenimiento de la filial, que ha permitido que en los trasteros del cochera se instalen decenas de personas, muchas de ellas jóvenes migrantes extutelados por la dirección militar de Atenció a la Infància i Adolescència (DGAIA) mentorizados hasta los 18 abriles, posteriormente de lo cual quedan fuera del circuito oficial de ayudas para vivienda.

Los bloques sociales del Pla dels Frares tienen 68 pisos de entre 36 y 72 metros cuadrados. Nueve los gestiona el Comunidad para acogida social. El parking dispone de 82 plazas y 26 trasteros, y el edificio además tiene dos locales comerciales “que nadie quiere arrendar”.

Uno de los trasteros habitados del Pla dels Frares de Arenys de Mar

Uno de los trasteros habitados del Pla dels Frares de Arenys de Mar

xavi salbanya

La situación infrahumana en la que viven los jóvenes en el Pla dels Frares, avalada por decenas de informes de la Policía Particular y de los servicios sociales e ignorados por la Generalitat, se ve acrecentada por la descuido de seguridad. Los ocupas malviven y comparten trasteros de tres metros cuadrados en los que cocinan y hacinan todas sus pertenencias. “Es una ratonera” alertan los vecinos, no hay posibilidad de escapar en caso de incendio, ya que la salida de emergencia está bloqueada. Encima, el punto se ha convertido en un reducto de delincuencia, donde son frecuentes las peleas.

Hace unos días, los técnicos de la Agència Catalana de l’Habitatge acudieron a la indicación del gobierno municipal, para comprobar como aquella promoción de pisos sociales, 17 abriles posteriormente de su inauguración, se ha convertido en una zona degradada que genera una gran inseguridad.

Uno de los trasteros con una televisión

Uno de los trasteros con una televisión

xavi salbanya

A los trasteros se accede a través del aparcamiento a pie de calle, cuya puerta siempre está abierta. “La reparamos y a las pocas horas vuelve a estar bloqueada”, apuntan fuentes del Comunidad. En el interior hay aparcados decenas de vehículos abandonados, la mayoría con matrículas antiguas, cubiertos de polvo y que ahora se utilizan como armarios, llenos de ropa y colchones. El resto del estacionamiento además se encuentra en un estado deplorable, sin mantenimiento ni virginidad. “Los vecinos ya no guardamos el coche en nuestras plazas”, afirman. Dicen que lo habitual es que “te lo encuentres sin ruedas o con los cristales rotos”. Sin incautación, las plazas las ocupan vehículos que no pertenecen a los residentes, sino a avispados delincuentes que las realquilan, igual que hacen con los trasteros.

En la segunda planta del estacionamiento, el hedor a micciones es insoportable. Allí se vislumbran dos pasillos con puertas en el pegado, cuya única ventilación es una rejilla de unos 15 centímetros de encantado. La zona es de osado golpe porque el cerrojo de la puerta ha desaparecido. Se accede a los trasteros habitados a través de un angosto pasillo de un medida de anchura, todos con puertas metálicas numeradas. En uno de ellos se distingue un gran cartel en la tapia y diversos enseres domésticos. En el pasillo, sartenes usadas, platos y restos de comida evidencian que allí se cocina asiduamente, lo que sustancia un espinoso peligro, no solo para los ocupantes de los sótanos sino además para los vecinos de los 68 pisos superiores.

Platos con comida en el pasillo de los trasteros

Platos con comida en el pasillo de los trasteros

xavi salbanya

Algún propietario, a quien por disponer de un adoquinado de arriendo social le corresponde una plaza de estacionamiento y un trastero, opta por arrendar uno y otro de forma irregular. “No preguntan, cobran y no les importa quién se meta allí”, apuntan los vecinos más críticos, que, al percibir la reconocimiento de los técnicos de l’Agència Catalana de l’Habitatge, concejales del Ayuntamientos y la Policía Particular, respiraron aliviados. “Déjame entrar a mirar mi choche ahora que está la policía, por la tenebrosidad no me atrevo a entrar”, relata una novato que reside con su matriz en uno de los pisos protegidos.

Y es que en el cochera el trasiego de delincuentes, indigentes y drogadictos es incesante. La zona se ha convertido en un punto muy activo de liquidación de droga en el que a menudo se producen peleas e incluso incendios. Un peligro añadido es que, si algún vecino, harto de la situación, decide marcharse del Pla dels Frares, en pocas horas se produce el igualación de la vivienda. “No podemos ni marcharnos de asueto porque nos ocupan nuestra casa”, lamentan.

Vehículos abandonados en el garaje utilizados como armarios.

Vehículos abandonados en el cochera utilizados como armarios.

xavi salbanya

Ahora, 17 abriles posteriormente, la Generalitat se ha comprometido a remediar la situación infrahumana y ha presentado una demanda de desahucio. La situación, en manos de la imparcialidad, tiende a prolongarse, a no ser que la Empresa catalana insista y justifique la emergencia humanitaria. 

Habitatge, según ha comunicado al Comunidad, prórroga el desalojo y prometen que posteriormente procederán a precintar el estacionamiento y reparar los trasteros.

Falta de mantenimiento en la promoción de la Generalitat.

Errata de mantenimiento en la promoción de la Generalitat.

xavi salbanya


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