Sumar y Vox, los últimos y rezagados de las elecciones gallegas


Haciendo bueno el dicho de que «los extremos se tocan», los proyectos más a la izquierda y más a la derecha del panorama doméstico, Sumar (con permiso de Podemos) y Vox, no pueden estar más en las antípodas en lo ideológico; pero a enseres del calendario electoral gallego, lo suyo son vidas casi paralelas. Es cierto que los de Yolanda Díaz echaron a encontrarse hace cosa de un mes, pero a estas gloria, como especificaron ellos mismos, todavía están «aún en la primera período» de tres. Y cada período «podrá durar las semanas que haga descuido». Los de Santiago Abascal esperaron a este miércoles para confirmar que concurrirán. Un poco más y dan el paso con los comicios ya convocados.

No deja de ser sorprendente esta calma —casi cachaza—, cuando hace semanas que se da por descontado que Alfonso Rueda no solo agotará el plazo admitido, y habrá un adelanto; sino que más que de primer semestre, como entorno temporal, ya se puede ir apostando con seguridad por el primer trimestre. Anunciar que un partido se presenta a 20 de diciembre, cuando se llegó a especular con que para este día ya habría momento, es reflexivo de una enorme muerte fría; o de altas dosis de desconexión con la ingenuidad gallega.

Lo segundo es perfectamente aplicable a Vox, cuya presencia institucional en Galicia se reduce a una concejal en Avión —pueblo orensano de un millar de habitantes y con una peculiar idiosincrasia, por el peso de la migración—. Este miércoles, vía nota de prensa, Vox explicó que se presenta para impulsar un cambio en la Xunta, y que ésta deje de estar «secuestrada» por un PP «rendido a políticas propias de gobiernos de izquierdas». «Galicia debe de dejar antes las políticas feministas estériles, el creciente adoctrinamiento en las aulas o la imposición gramática del gallego», apuntaron. Lo que es seguro es que propuestas de este pelaje las defenderán solo ellos, y no tendrán que darse de codazos por instalarse un espacio político, como sí ocurre en la izquierda.

Fases maleables

Sumar, mientras, sigue sin candidato y sin atisbo de anunciarlo. Transmiten, como Vox, llamativos signos de improvisación. Aunque, en postrer término, la sensación es de que el esquema de «fases» desmenuzado por su portavoz, el doctor Paulo Carlos López López, es tan dúctil como para derrochar etapas sin mayores miramientos; igual que saltó por los aires la negociación con Podemos, y ya no miraron antes. El cronograma, aclaró su portavoz, «se adaptará al calendario electoral», en tanto no haya una «eventualidad» que lo «rompa». Vulgarmente: ir tirando a la paciencia de que Rueda convoque.

De momento, Sumar sigue «sumando», inmerso en su calmoso «proceso de audición» —ayer tocaron Anpas—, antaño de, en algún momento, elaborar —la promotora— un reglamento para nominar al candidato, y proclamarlo. Ese momento culminante no tiene momento, pero parece secundario: López reconoció que fían su «éxito» a la «fuerza de la masa». La marca, o Yolanda Díaz, se deduce. Sin prisa, aunque se barrunten elecciones a comienzos de marzo. Más rezagados todavía van en Vox.

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