Brihuega convierte su Real Fábrica de Paños en un hotel cinco estrellas


“No se puede permitir que una herencia como ésta sea así”. Han pasado casi ocho años desde esta sentencia, que el 22 de enero de 2016 fue pronunciada por el Presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Pagepara referirse al estado de deterioro de la Real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara), que ahora, a partir del 1 de septiembre, abrirá sus puertas como hotel de lujo.

Algo que ha sido posible gracias a la inversión y trabajo del Grupo empresarial Castilla Termallo que ha convertido este edificio histórico de planta circular, declarado Bien de Interés Cultural, en el primer establecimiento hotelero de cinco estrellas de la provincia de Guadalajara.

El edificio que alberga el nuevo hotel fue fundado por Fernando VI en 1750 como sucursal de la fábrica de Guadalajara y es uno de los ejemplos de la arquitectura industrial del siglo XVIII en España. Utilizado durante la Guerra de la Independencia como cuartel francés, siguió funcionando en manos privadas hasta su cierre definitivo en 1835. Entre sus atractivos destacan sus jardines decimonónicos con influencia versallesca, de visita obligada.

Tal y como se informa en un comunicado de prensa, el complejo hotelero Dispone de 78 habitaciones y los visitantes podrán disfrutar de amplias zonas termales en una superficie de unos 2.000 metros cuadrados. “Donde el bienestar se transforma en una experiencia inolvidable gracias a detalles como la piscina exterior con espectaculares vistas al Valle del Tajuña.”

Una de las habitaciones del complejo hotelero que Castilla Termal ha abierto en Brihuega (Guadalajara)

Castilla Termal

el equipo de Castilla Termal desarrolla, en cada uno de los cinco hoteles con los que cuenta, protocolos específicos que se adaptan a la historia y particularidades de la zona. Por ello, el de Brihuega incluye en su oferta varios tratamientos especialmente diseñados con recursos autóctonos como la miel, la lavanda e incluso tejidos que, según afirman, “juegan un papel esencial para conducir al visitante hacia un agradable viaje sensitivo”. .

La gastronomía es otra de las señas de identidad de los hoteles de Castilla Termal, que vuelven a apostar en Brihuega por el producto del kilómetro cero. lo hará desde espacio gastronómico ‘La Redonda’situado bajo su emblemática cúpula, “que simboliza la importancia del buen origen para redondear una experiencia que prioriza las referencias locales y de temporada de máxima calidad en un maridaje perfecto entre cocina tradicional y vanguardia”, subrayan.

El complejo hotelero dispone también de un salón para la celebración de eventos con capacidad para 200 personas. Bautizada como ‘Las Hilanderas’, en honor a uno de los oficios tradicionales que la Real Fábrica de Paños mantuvo vivo a lo largo de los siglos, se ubica en la zona de la estructura original del edificio, lo que realza, a su juicio, « el encanto para el visitante y hace honor a uno de los principios de Castilla Termal al promover la rehabilitación de un patrimonio histórico».

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