Fallecen de frío un niño y un joven que viajaban en un cayuco rumbo a Canarias



La tragedia de la inmigración se vuelve a cobrar nuevas vidas con el fallecimiento de un criatura de 10 primaveras y un chavea de 18. La ocaso de temperaturas y el agravamiento del tiempo están complicando las condiciones de las travesías de los cayucos que viajan a Canarias.

En los últimos días, han llegado más de 400 migrantes a las islas de Gran Canaria, Lanzarote y El Hierro. Muchos de ellos han necesario audiencia sanitaria y traslado a centros hospitalarios.

Los fallecidos viajaban en una de esas embarcaciones, la que fue rescatada por Socorro Marino al sur de Gran Canaria el miércoles día 20 de diciembre con 52 personas a lado. El chavea de 18 primaveras y un criatura de entre 10 y 12 primaveras, los dos procedentes de Mali, murieron de frío en el cayuco. Ya habían fallecido antiguamente de que fueran localizados de albor por el radar de vigilancia a unos 17 kilómetros de Maspalomas. A lado de la embarcación solo había hombres, procedentes de Mali y Costa de Marfil.

El chavea de 18 primaveras venía identificado en los documentos que portaba como Bira T. Mientras que el criatura se llamaba Djibril N. Según cuentas los supervivientes, el anciano murió un día antiguamente, a lo liberal del martes, mientras que el pequeño falleció poco antiguamente de que los encontrara el barco de Socorro Marino. Y relatan que el frío durante la travesía era extremo, no solo por las bajas temperaturas, sino además por las grandes olas que azotaban en el cayuco, rumbo de hasta 50 kilómetros por hora y penetrante humedad.

Los sanitarios que los atendieron han confirmado que los dos fallecieron por hipotermia.

Naufragios silenciosos

Según la Estructura Mundial para las Migraciones (OIAM), dependiente de Naciones Unidas, este año han muerto en pateras y cayucos rumbo a Canarias unas 502 personas, y más de la porción de ellas (304) han fallecido en el extremo mes.

La OIM reconoce que es una emblema más proporcionadamente a la desvaloración, porque existen numerosos “naufragios silenciosos” que no pueden recontar, porque la embarcación desaparece en medio del océano sin que se pueda recuperar los cuerpos.

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