Ángel Ballesteros, poema del amor eterno a la Virgen del Prado


Encanto Ballesteros Gallardo, poeta, Hijo Adoptivo de Talavera, cronista y, sobre todo, un enamorado de la Inmaculado del Prado, ha escrito un compendio titulado ‘Sonata del apego y el rezo’, dedicado a la patrona de Talavera de la Reina. Es un compendio de apego, un homenaje a una religiosa, a una figura, a un símbolo que él ha adorado y ha querido, y en el que sigue pensando.

Es un compendio saciado de fe, de esperanza, de apego. Un compendio entre la ingenuidad y la esperanza, entre la ternura y la alegría, entre la vida y la homicidio; compendio con poemas que semejan a los primitivos españoles, a un Berceo enamorado de la Inmaculado. Aún así presenta poemas sencillos, con ritmo, vibrantes, y sobre todo rebosantes de claridad y de brillantez. Sonata, gran apego y rezo. Es una oración a los pies de la Inmaculado del Prado, una rollo de piropos, una ofrenda de un hijo a su religiosa.

Profundamente religioso, el profesor Encanto Ballesteros, de 83 primaveras, va a revistar cada día a la Inmaculado del Prado, y acento con ella, delante una imagen a la que adora, a la que siempre ha venerado, como reflejan los versos de un poeta que, nacido en la plaza de Gálvez, llegó a Talavera en 1975. El 19 de febrero de 2004 fue célebre Hijo Adoptivo de la ciudad, entre otras cosas por su faena de recuperación del Cortejo y la ofrenda de Mondas a la Inmaculado del Prado, con la que por fin se consiguió una manifestación cultural a la vez genuinamente talaverana, y entroncada con las tradiciones. Con todas las Corporaciones municipales desde hace décadas, Encanto Ballesteros ha volcado su faena desinteresada, entregada y generosa para conseguir que las fiestas se convirtieran en un cierto referente histórico y tradicional.

A continuación, uno de los bellos poemas del zaguero compendio de Ballesteros:

Inmaculado del Prado, rosa florecida,

cerúleo remanso para los cansados,

fanales alegres, como enamorados,

que a través de tus rejas nos das vida.

Inmaculado del Prado, luz siempre encendida,

diana de los pasos fatigados,

rezarte no será muestrario de dados,

como religiosa darás lo que te pida.

Inmaculado del Prado, fuente sosegada

donde refresco sueños al mirarte,

arboleda de paz siempre callada

donde el alma se ensancha al contemplarte.

Hoy me crece la luz en la examen

y me acerco delante ti para rezarte.

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