Una exposición en Oropesa recupera el arte de las Escuelas del Bordado Toledano


Las labores de Lagartera eran declaradas Perfectamente de Interés Cultural (BIC), con la categoría de proporcionadamente inmaterial, el pasado 31 de octubre por la Juntura de Comunidades, mientras que el 11 de mayo el Diario Oficial de Castilla-La Mancha publicaba una resolución de la Consejería de Educación, Civilización y Deportes por la que se iniciaba el expediente para determinar todavía BIC el Tejidillo o Acolchado y el Traje de Vistas de Navalcán (Toledo). Una atrevimiento que es fruto de la larga petición de este pueblo, adyacente con las labores de este tipo de las todavía poblaciones vecinas de Caleruela y Oropesa.

Es precisamente en esta última villa toledana donde se puede ver estos días, y hasta el próximo 7 de enero, piezas de bordados identitarios y genuinos de estos pueblos en la oficina de turismo de Oropesa como centro de la comarca. Esta exposición, según indica José Luis Sánchez, doctor en Bellas Artes e historiador regional, pretende poner de relevancia esta artesanía, «más allá de se su ámbito comercial», mostrando obras de arte de este tipo menos conocidas, «porque algunas de sus técnicas y motivos nunca entraron en la red de comercialización que tuvo su viejo apogeo en la decenio de los primaveras 40-50 del siglo pasado».

«Tradicional e históricamente, el bordado toledano se clasifica en cuatro escuelas proporcionadamente diferenciadas: Talavera, Oropesa, Lagartera y Navalcán», explica Sánchez, que recuerda que «la escuela de Talavera desapareció al convertirse ésta en una gran ciudad, siendo sus técnicas y motivos asimilados por las escuelas de Oropesa y Lagartera». Por otro costado, tal y como señala, «Caleruela siempre estuvo clasificada adentro de la escuela oropesana por su proximidad, pero al poseer mantenido a lo dispendioso del tiempo la técnica del ‘punto moruno’, con una frecuencia tipológica constante en su progreso y con características propias con las que se identifica la comunidad portadora, ha adquirido la categoría de escuela, manteniendo de esta modo el singular título de ‘Las Cuatro Escuelas del Bordado Toledano‘».

En la exposición que se puede ver estos días en la oficina de turismo de Oropesa, se expone un interesante repertorio de bordaduras y se hace un trayecto por los distintos rasgos técnicos, motivos y símbolos propios de cada una de estas escuelas. Entre ellas, se muestran desde dechados y piezas de considerable decrepitud a ajuares domésticos compuestos por paños de arca, toallas, mantelerías, colchas y otros enseres que las mujeres de esta comarca vienen realizando desde tiempos inmemoriales, configurando la seña de identidad de estas comunidades portadoras.

En la iconografía de esos bordados, se pueden encontrar trazas de culturas y estilos artísticos del pasado conviviendo con utensilios medievales, moriscos, platerescos e incluso de inspiración barroca o rococó. Tal es el caso de algunas piezas de la escuela de Oropesa, que toman modelos de las sedas de la Existente Industria de Sedas de Talavera de la Reina, la de Oropesa e incluso por influencias de las porcelanas de las Reales Fábricas, manufacturas introducidas en España en la época de los primeros reyes de la dinastía de los Borbones en el siglo XVIII.

De todos esas piezas artesanales o artísticas, destaca el doctor en Bellas Artes José Luis Sánchez, existen documentaciones precisas tanto en publicaciones sobre los bordados populares españoles como en inventarios de museos e instituciones. En sus colecciones están catalogadas obras de Oropesa, Caleruela o Navalcán desde el siglo XVI hasta el siglo XIX o principios del XX. Entre ellas, están el Museo de Artes Decorativas, la Fundación Valencia de Don Juan o en la Colección Pedagógica de Textil de la Universidad Complutense.

Pese a todo ello, insiste en que esta tradición artesanal está «en peligro de agonía por la desliz de exención generacional y, si no se hace carencia por remediarlo, pueden desaparecer», motivo por el cual cada uno de esos pueblos solicitaron que este arte mítico sea ostensible BIC. «La sinceridad es que, cada vez, menos mujeres aprenden este oficio», se lamenta Sánchez, que cree que con la confesión «se conseguiría promocionar, alentar y presupuestar para desarrollar medidas de salvaguarda, con la creación de talleres y escuelas de artes y oficios», puesto que actualmente, de las cuatro escuelas de bordados que existen en la provincia de Toledo no hay más de 15 talleres.

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