el segundo premio deja más de 218 millones


‘El Filón de Oro’ será equivalente en La Coruña de buena suerte posteriormente de repartir esta céntrica empresa de loterías, en el sorteo de Navidad de este viernes, 162 millones de euros con el segundo premio, el número 58303, en 130 series; y en Galicia se suman, por otra parte, otras 45 vendidas en la empresa de la calle Luis Seonae de o Grove. En La Coruña, la longevo parte del premio se ha repartido entre la protectora de animales Gatocan y la Asociación de Amas de Casa de la ciudad.

Explica Pablo Seivane, administrador del Filón de Oro, que más de la medio de las 130 series que ha repartido se las llevó Gatocan; han sido 4.500 participaciones a 4 euros, de las que un euro se dona a la protectora. Pocas han sido las personas que se han acercado a preguntar por su premio esta mañana. Entre ellas se encuentra la comunidad de Silvia Martínez, que ha llegado con sus hijos Sergio e Iván y con su marido, Miguel. Ellos colaboran todos los meses con 8 euros que ceden a la protectora Gatocán, y Silvia todos los abriles se lleva los calendarios y las participaciones a su trabajo y las vende entre sus compañeros; este año se llevó al centro en el que trabaja como enfermera geriátrica nadie más y nadie menos que 25 participaciones que resultaron ganadoras. De todas esas, ellos se quedaron con 3: una ha ido para ella y su marido y cada una de las dos restantes para uno de sus hijos. Los cuatro se han acercado hoy al Filón de Oro pegado con las esposas de los hijos, más los pequeños de la comunidad, para celebrar el gran premio. Y, por otra parte de estar contentos por suceder resultado ganadores, Silvia transmite todavía la alegría de sus compañeros. Miguel cuenta que una de sus compañeras, de 64 abriles, la llamó esta mañana tras enterarse para decirle: ‘Silvia, me has cambiado la vida, me voy a arrinconar’; porque, por otra parte, se había comprado dos participaciones.

Asimismo se han vendido participaciones de Gatocan en la Diputación de La Coruña. Cristina Vidal relata que una compañera, todos los abriles, lleva participaciones a las oficinas y las vende entre los trabajadores; y que, de hecho, las personas que ese día estaban de holganza o se habían ido a tomar un café no llegaron a comprar las ganadoras. Pero ella está muy contenta y ha sido una de las primeras que ha compartido su alegría con este diario.

Pablo Seivane, el administrador del Filón de Oro, se muestra muy contento por suceder entregado el premio en su ciudad, le alegra que el premio se quede entre sus vecinos y todavía que vaya a detener a estas dos asociaciones. Explica que el resto está muy repartido y, mientras que la mayoría se las llevó Gatocan y otras tantas Amas de Casa, no ha habido más entidades premiadas.

Elsa Noya, empleada del Filón de Oro, cuenta que esta mañana llegó medio dormida a la empresa con sus dos botellas de champán frío y, pese a las risas de sus compañeros, ella les decía: «Veréis cómo nos va a tocar el Grasa, llevo dos noches soñando con ello». Explica que, si correctamente no el primer premio, sí cayó un segundo que, por otra parte, para su empresa seguramente suponga traicionar todos los boletos para la Suerte del Impulsivo. Entre broma y broma, cuenta que lleva un mes trabajando en esa empresa y su hermana otros quince días, y que «parece» que han sido ellas las que han «traído la suerte» -con todo, el Filón de Oro ya había vendido varios premios anteriormente y este año repartió 100.000 en la Primitiva-. Dice Elsa que a ella no le tocó nadie, pero está igual de contenta que si le hubiese tocado, todavía por el hecho de que las agraciadas hayan sido dos asociaciones que, considera, «no reciben los fondos suficientes» y entiende que con el premio recibirán «una ayuda muy espacioso» para ambas, especialmente en el caso de Gatocán, para estabilizar la continuidad de su labranza.

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