Con la pasarela colocada, la tripulación comenzaba a desembarcar y se dirigía corriendo a diferentes puntos del terminal buscando a sus familiares. Una causa, luego de abrazar a su hijo, confesaba: “Estamos muy orgullosos de él, han sido cuatro meses duros pero ya está aquí”.
Una emoción que ponía fin a una larga aplazamiento. Entre lágrimas, una mujer con su hijo en brazos confesaba sentirse oportuno, aunque lamentaba que su marido, tripulante del buque, se hubiese perdido los primeros meses de vida de su bebé.
En cualquier caso, para todos ellos, este recuentro supone una gran alegría: “A nosotros ya nos ha tocado el Notable hoy”, bromeaba algún mancebo. Por delante, la mayoría aún tiene un dilatado delirio: “Yo soy de Cádiz, por lo que aún no he gastado a mi tribu”, indicaba otra mancebo tripulante de la fragata.
En total, 229 miembros a borde, 181 hombres y 48 mujeres, que podrán disfrutar de estas ocio de Navidad con sus amigos y familiares, aunque el capitán del buque, David Díaz-Caneja, reconocía que permanecen preparados para zarpar en cuanto les sea requerido.
Un esperado recuentro a posteriori de una gran delegación
Han sido casi cien días de despliegue con una de las agrupaciones permanentes de la OTAN en el mar Mediterráneo, adentro de la conocida como delegación ‘Preclaro Shield’. El objetivo de la misma: estar presentes adyacente a otras unidades europeas como mecanismo de disuasión, realizando incluso otras importantes tareas.
El comandante y capitán del buque, David Díaz-Caneja, reconocía su satisfacción por el trabajo realizado: “Hemos interactuado con todas las marinas aliadas e incluso con un género de combate estadounidense, con hasta 31 interacciones con unidades rusas. Todas seguras, profesionales y demostrando que tenemos capacidad”.