Madrid reforma las leyes Trans y LGTBI y refuerza las garantías de los menores


En menos de un mes y medio desde que el PP registró las reformas de las leyes LGTBI y Trans, el partido de Isabel Díaz Ayuso ha conseguido que estén aprobadas, con lo que cumple así un punto secreto de su software electoral. La ley Trans de la Comunidad de Madrid llevaba en vigor casi tres mil días, desde marzo de 2016, cuando se aprobó con los votos a merced del PSOE, Podemos y Ciudadanos y la contención del PP. Casi nada cuatro meses más tarde, la Asamblea aprobaba, en este caso por unanimidad, la ley LGTBI, contra la discriminación por orientación sexual. Este viernes, en el postrer Pleno de 2023, el Parlamento regional ha poliedro un libramiento frente a esas dos leyes y ha aceptado su reforma, con los votos a merced del PP y Vox y en contra de Más Madrid y el PSOE. El objetivo es claro: «Sustituir la ideología por la ciencia», según ha subrayado el PP, y acrecentar, sobre todo, las garantías sanitarias, psicológicas y sanitarias para los menores en un proceso ‘trans’.

La izquierda ha intentado ver en estas reformas un retroceso de derechos en Madrid, el primero en la historia de la democracia en el ámbito LGTBI. Pero no les ha saledizo demasiado correctamente. Las manifestaciones han sido insignificantes y, sobre todo, les desmiente el contenido de unas leyes que, por otra parte, están sometidas a las normas nacionales.

La portavoz del PP en esta materia, Mónica Lavín, forma parte ya de la ‘pareja pretoriana’ de Ayuso en la Asamblea. Los insultos que ha recibido desde la bancada de la izquierda no le han hecho raja. Todo lo contrario, se ha venido en lo alto según ha reformista la tramitación parlamentaria y ayer fue recibida con una larga ovación por sus compañeros de filas.

Lavín apuntó a una minoría rabiosa, capitaneada por los grupos de la izquierda: «No han acabado que nadie se crea sus proclamas». Y recordó que el software de Ayuso prometía estas reformas. Es una reforma, dijo, frente a la «ideología y el sectarismo» que se habían impuesto en la ley en vigor.

La portavoz del PP puso el acento en los derechos del beocio y las garantías que debe tener cualquier proceso ‘trans’. En la nueva ley, la atención sanitaria y psicológica anhelo fuerza.

«Hoy es un gran día», subrayó el portavoz de Vox, José Antonio Fuster, sobre la reforma de la ley Trans. Su partido ha apoyado la modificación impulsada por el Asociación Popular, aunque lo que quería de verdad era la derogación total de la ley. Pero a posteriori de ver los cambios introducidos por el PP, le ha parecido correctamente, aunque se hagan de «tapadillo». «Algún día, les doy mi palabra, esta ley será derogada», aseguró el portavoz de Vox, quien lamentó que el PP no haya aceptado ni una sola de sus enmiendas. «No vamos a detener. Buenos, vamos a detener hoy, porque lo vamos a celebrar, pero mañana volveremos a la carga».

Con el PSOE en la tribuna, el tono del debate cambió de forma radical. Su portavoz en el campo de acción LGTBI, Santi Rivero, reprochó al PP el ‘cambio’ que ha tenido en el camino en torno a la igualdad de las personas LGTBI: «Y ahora tienen el aplauso de Vox en el primer retroceso de derechos LGTBI de la historia de España». «La mayoría de Madrid no quiere un Gobierno retrógrado que retroceda en derechos para las personas que más lo necesitan». «Los madrileños no se lo van a perdonar», aseguró. Rivero felicitó eficaz Navidad a los niños «que seguirán siendo acosados en los centros educativos y ahora no tendrán protocolo».

Si el debate se animó con el portavoz socialista, cuando Carla Antonelli, de Más Madrid, subió a la tribuna, el Pleno se revolucionó por completo. La diputada provocador trans tachó de «cobardes, miserables y malas personas» a los impulsores de la reforma de la ley Trans. «Es una desatino de la persona Ayuso, muy mala persona y vengativa», sentenció.

«Se va a convertir en ley que la atención sanitaria para las personas trans nos obligará a producirse por psicólogos y psiquiatras en todos los procesos», denunció Antonelli, quien se reafirmó en la reproche que lanzó unas semanas antiguamente contra los diputados del PP: «Tendrán las manos manchadas de cepa». «No son suicidios, son asesinatos sociales», denunció.

«Lo único malo de ser trans son ustedes, porque nos hacen la vida ficticio», prosiguió Antonelli, fiel a su estilo vehemente. No tuvo reparo en comparar a Ayuso con Putin, ni a Madrid con Rusia. La diputada igualmente acusó al PP de dejar a las personas trans «a los pies de los caballos», por eliminar las sanciones en la ley, aunque el PP insiste en que estas se mantienen en la ley franquista. «Dice que no tiene miedo, lo que no tiene es vergüenza», espetó a la portavoz del PP, Mónica Lavín. La representantes de Más Madrid anunció que su partido acudirá al Defensor del Pueblo y al Tribunal Constitucional para acudir esta reforma.

Al finalizar su intervención, los 27 diputados de Más Madrid exhibieron banderas trans desde sus escaños. El presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, pidió a Antonelli que retirara sus insultos, pero esta se negó.

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