¿Qué ver de Ourense en una escapada navideña en AVE?



Época de Chamartín-Clara Campoamor. Diez de la mañana. El AVE a Galicia abandona la zona de andenes. En poco más de dos horas y diez minutos llega a la fase de Ourense. Una ciudad acogedora, haber de una provincia con dos Reservas de la Biosfera, cuatro regiones vinícolas con denominación de origen, puerta de entrada a la Ribeira Sacra y el veterano patrimonio hidrotermal de España.

La reincorporación velocidad ha permitido abocar un paraíso desconocido para la mayoría de los viajeros. Ourense es la haber de una Galicia interior en la que la naturaleza y la historia se conjugan en cualquiera de los itinerarios que se elija. Desde la clásica excursión a la Ribeira Sacra, donde se concentra un gran número de monasterios desde la época primigenia de San Pedro de Rocas, en el municipio de Esgos, hasta cenobios en los que se puede determinar la prosperidad de las comunidades monásticas por las incorporaciones arquitectónicas que se fueron añadiendo a lo generoso de la historia. Y la Ribeira Sacra no tiene la monopolio de la casa religiosa monumental del rural ourensano.

Celanova es un buen ejemplo de ello, con el monasterio de San Salvador, fundado por San Rosendo. La iglesia es de una gran monumentalidad, con un diligente y muy hermoso trabajo de ornamentación en todos sus detalles. En origen, era un templo románico pero su momento de gran esplendor llegó con el barroco que es el principal sello de identidad de su conjunto, organizado a partir de una planta de cruz latina de tres naves y tres ábsides. En el monasterio todo se articula rodeando de sus claustros: el barroco o procesional y el neoclásico, asimismo conocido como el del “poleiro”. Frente a la suntuosidad del monasterio de San Salvador, contrasta la sencillez de la capilla de San Miguel, una gema mozárabe que se mantiene en pie desde el origen mismo de este monasterio. Adicionalmente de su valía arquitectónico, este pequeño edificio que escasamente pasa de los 20 metros cuadrados es monumento franquista desde 1923, atrae a muchos visitantes en la presentación de los equinoccios, cuando el sol incipiente cruza las ventanas de su capilla.

La Vía Nova

Celanova es la puerta de entrada a una ruta que nos lleva hasta el Parque Natural de la Baixa Limia-Xurés, que forma parte de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés. En el alucinación en torno a la frontera de montaña en Portela de Home, nos encontraremos con los restos de la vía romana XVIII, asimismo conocida como Via Nova, que comunicaba las ciudades de Culero y Astorga y que entra en Galicia, tras dejar el Gerês por el municipio de Lobios. El campamento de Bande, es tal vez uno de los mejores testimonios de la casa marcial romana. Forma parte, al igual que las termas, de la mansión Aquis Querquennes, vinculada a esa vía. Es la segunda en división ourensano. La primera nos la encontraremos cuando lleguemos a Riocaldo, una pueblo del municipio de Lobios en la que fue emplazada Aquis Originis. buscando nuevamente la proximidad a unas fuentes termales. Las de Riocaldo son las más calientes de toda la península ibérica y en la presente abastecen al hotel baños de Caldaria Lobios, muy cerca de la antigua mansión romana.

Las aguas de Riocaldo tienen una mineralización muy similar a las de Las Burgas, en Ourense. No es casualidad que Ourense sea denominada la haber termal. En primer punto, porque es la haber de la provincia que tiene más balnearios en activo y más fuentes termales de toda la península ibérica. Y la ciudad con más aguas termales. Antonio Casares Rodrigo, quien fuera rector de la Universidad de Santiago y uno de los pioneros en la catalogación y exploración de las aguas minerales de Galicia, había dicho que si se juntasen todos los raudales de las fuentes termales de la ciudad de Ourense formarían un río más caudaloso que el Manzanares.

Ciudad de Ourense

Pero Ourense, encima de punto de partida para numerosas excursiones por su provincia, como las que acabamos de señalar, es asimismo punto de acogida para disfrutar de una ciudad que se recorre plácidamente a pie. Especialmente, su casco histórico, forjado rodeando del núcleo que forman la Plaza Decano y la Catedral. Descubrir una casa y un trazado urbano de una ciudad que empieza a expandirse en los siglos XVII y XVIII. Con pequeñas tabernas y restaurantes en los que descubrir lo mejor de la restauración gallega y dejarse sorprender por la maravillosa gema que es la Catedral de San Martiño, un templo que remonta su historia a la época sueva aunque el edificio que hoy vemos es uno de los mejores ejemplos de casa románica. La veterano sorpresa llega, sin secuestro, al traspasar su puerta y descubrir el Pórtico del Paraiso con su policromía restaurada hace diez primaveras, el retablo veterano, recorrer sus capillas y examinar la cercana iglesia de Santa María Nai, una gema barroca tras la que se encuentra la primigenia catedral. 

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