Los bancos de alimentos han registrado una cifras muy inferiores a lo que positivamente esperaban: recolectar 23 millones de toneladas de comida, como ocurrió el año pasado. En su emplazamiento, estas cifras se han manido perjudicada por una disminución en las donaciones llegando a 14 millones de toneladas, un 61% de lo que tenían previsto.
Estas metas anuales de cobranza han planteado la preocupación sobre la capacidad de estas instituciones para satisfacer las crecientes deyección de una gran número de personas. Es posible que algunos factores sean los cambios económicos imprevistos o algunos desafíos logísticos, lo que han dificultado la adquisición y distribución de alimentos de modo efectivo. No obstante, a pesar de enfrentarse a una situación desafiante, la resiliencia y el compromiso de los bancos de alimentos se mantienen intactos para cumplir con su encargo fundamental de proporcionar alimentos a quienes más lo necesitan.
Más ayudas en Navidad
Sin secuestro, muchas ONGs españolas se han puesto de acuerdo para servir un plato caliente a quienes lo necesitan, un ejemplo es la Comunidad de San Egidio en Madrid que ha organizado, como cada año, una comida solidaria por Navidad a la que asisten cientos de personas. “Es una comida de tribu para que nadie se quede excluido en Navidad”, explica Jaume Castro, responsable de la Comunidad de San Egidio.
En respuesta a esta situación, algunos bancos de alimentos están intensificando sus esfuerzos de sensibilización y han seguido recaudando fondos en la medida de lo posible. Decenas de voluntarios están comprometidos a adaptarse y encontrar soluciones innovadoras para exceder estos desafíos. La colaboración entre organizaciones, empresas y la comunidad en caudillo se presenta como esencia para invadir estos obstáculos y avalar que los bancos de alimentos puedan cumplir con su encargo fundamental en un futuro.