La imagen se repetía semana sí, semana no, aproximadamente. La protagonizaban siempre una estructura fija de casi tres metros de categoría, la del puente de San Nicasio, en Leganés, y un transporte de grandes dimensiones, que quedaba atrapado por el techo del armazón. Tanto es así que hasta lo han llegado a denominar el puente ‘tragacamiones’. Pero con una simple medida, la de instalar dos barreras de plantilla, ha dejado de engullir. Al menos de momento.
«No llega al mes desde su implantación, pero el resultado es que va ganando el plantilla cuatro a cero. Ha habido cuatro intentonas de grandes vehículos para cruzar el puente y que hubieran generado problemas, con los Bomberos, la Policía, las obras de reparación… Pero solo se han llevado por delante la barrera», cuenta con agudeza el primer teniente de corregidor y concejal de Obras de Leganés, Carlos Delgado (ULEG), adicionalmente de impulsor de la interpretación.
Si la barrera es golpeada por el remolque de un camión, «se vuelve a colocar en su ocupación y ya está». «En menos de un mes hemos tenido cuatro intervenciones del plantilla, así que ya estarían recompensados los 14.000 euros de la inversión», afirma tajante. El Comunidad de Leganés instaló hace unas semanas dos estructuras de control de plantilla, de cuatro metros de encantado, en las entradas del puente de San Nicasio, emplazado en la avenida del Doctor Mendiguchía Carriche.
Un camión atrancado tras intentar cruzar el puente de San Nicasio
El objetivo de estas nuevas estructuras es el de marcar con adelanto la categoría máxima de 2,80 metros para evitar que se reproduzcan los accidentes, tan habituales en este puente, con camiones o furgonetas que quedaban encajados. «Va a tener alguna otra colisión, y volverá a salir en los medios de comunicación… Algunos van mirando el GPS y se meten para internamente. Pero estamos satisfechos con la medida. Se ha acabado poco en realidad bueno en poco tiempo, era sencilla la decisión pero hasta que se ha poliedro… Eso sí, queda mucho partido, pero ya hay cuatro que habrían ido para internamente», desliza Delgado.
Opción definitiva
Por ello, el primer teniente de corregidor y concejal de Obras está convencido de que estos gálibos van a impedir que se vuelvan a producir estos episodios, al menos con tanta reiteración. «Estos accidentes generaban muchos problemas de seguridad, gastos en obras para reparar las colisiones, intervenciones de bomberos…», argumenta, consciente de que estos sucesos se habían convertido en una afecto turística. «Y no precisamente en positivo».
No pocas personas han pedido en redes sociales algunas soluciones que no son, según sostiene el propio Delgado, las adecuadas. «Otros dicen que por qué no se mete más para internamente el túnel y se sube la categoría, pero es que así se hundiría el techado». No es de pasmar, luego, que para resolver este necesario problema, Leganés apunte al ministro de Transportes, Óscar Puente.
«Estamos pendientes de la gran decisión, se lo hemos trasladado al propio ministro. La decisión definitiva pasa por soterrar la vía. La que hemos realizado es interesante, pero la gran iniciativa es ponerme en contacto con el ministro de Transportes. Cuando deje las redes sociales, que atienda a esta cuestión», reclama el concejal de Obras. De hecho, Delgado ya le envió hace un par de semanas un mensaje al encargado de la cartera de Transportes, a través de ‘X’ (antiguo Twitter), sin que hasta la término haya recibido respuesta alguna por parte del interpelado.
El objetivo es que la C-5 de Cercanías, que transcurre por encima del puente de San Nicasio, sea soterrada a su paso por la aldea pepinera, poco que ya ocurrió con la C-4 en Getafe. Una operación de suma complejidad y un coste muy elevado que implicaría a varias administraciones.