PP y oposición chocan por la carga nacional de la campaña


Alfonso Rueda, candidato del PPdeG, no deja de insistir en que quiere que en la campaña de las elecciones autonómicas se hable de Galicia. Sin secuestro, para Ana Pontón es evidente que su empeño es equitativamente el contrario: poner el «foco» en el ámbito doméstico. Cada planteamiento tiene sus adeptos, pero uno y otro son imposibles de conciliar.

Rueda no puede ser más vocal a la hora de transmitir su pretensión de que los temas de casa lleven la voz cantante. Volvió a hacerlo ayer. Primero, en Cope, en una entrevista en la que subrayó su intención de que las del 18F sean unas «elecciones muy gallegas». Y a posteriori fue revelador que regatease las preguntas que, desde Madrid, buscaban llevarle al dominio de la política doméstico, con cuestiones como si asume que pilota la propulsora que debe tirar del PP de cara a las siguientes citas electorales (País Vasco, europeas); o que si la centralidad que tan buen resultado le ha regalado siempre al partido en Galicia es aún una meta posible en España tras los pactos con Vox, posteriores al 28M. «Mi responsabilidad es lo que pase en Galicia», sorteó Rueda.

Posteriormente, tras un acto en Santiago, se le preguntó, de nuevo, por la presencia en campaña de Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP y precedente presidente de la Xunta, por aquello de que malicia la izquierda que es quien ha organizado la término del adelanto electoral. Y Rueda reiteró que estará «muy contento de que esté Feijóo», mientras que tiene «ciertas dudas» de que los «otros partidos» compartan esos sentimientos cuando les toque tomar a sus líderes.

Y fue muy evidente al añadir: «Todo el mundo se ofreció a venir aquí. Lo agradezco muchísimo. Pero lo que les estoy diciendo es que la campaña es para arriesgarse el futuro de Galicia y el futuro presidente de Galicia. Esto es lo que va a presidir toda la planificación de campaña que va hacer el PPdeG. Bienvenidas todas las colaboraciones, bienvenidas todas las presencias, pero aquí se decide el futuro de Galicia, y no ninguna otra cosa».

Idea en la que todavía abundó su número dos, Paula Prado, directora de la campaña —con Pedro Rojo como mano derecha y al frente de la coordinación del software, Valentín García—, quien ayer se puso por primera vez al frente del comité correspondiente, en la sede autonómica del partido. «Intentaremos que la campaña sea muy gallega», dijo, haciendo hincapié en «lo que le preocupa a la parentela». Pero conscientes de que «hay cuestiones en el ámbito doméstico que están incidiendo» y que «va a ser obligatorio que incidan en la campaña».

Ahí el PPdeG no forzará las cosas. Por un banda, quieren explicar a los electores «cómo les afectan» medidas como la condonación de la deuda de Cataluña o la «ruptura de la igualdad entre territorios». Y, por otro banda, advierten: «La parentela está enfadada con el tema de la gracia, nosotros siquiera podemos obviar ese debate». En síntesis, concedió Prado: «El contexto doméstico va a influir».

Las «fuerzas estatales»

Pontón tiene una visión diametralmente opuesta. Su «sensación», compartió ayer en el Parlamento, donde reunió a todos sus diputados, es que «el PP sabe que presenta un balanceo que es nefasto y que, para ocultar ese balanceo, quiere desviar el foco». «Una error de respeto», apostilló Pontón, «que vengan fuerzas estatales, muy particularmente el PP, a querer departir de todo menos de su trámite; y, sobre todo, de las propuestas y alternativas de futuro».

La líder y candidata del BNG insistió en pregonar ese «empeño» por «poner otra vez el foco en Madrid» que ella aprecia en lo que engloba bajo la formalidad de «fuerzas estatales». Y frente a este escena que dibujó, abogó por «responderles», como no podía ser de otra forma, «apostando por lo nuestro». Ergo, el BNG. Ellos sí harán una campaña «centrada en lo que se juegan los gallegos», reivindicó la portavoz nacionalista.

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