“A nivel de axudas, a verdade é que debían aumentarse”, incide Cabada, que ya no deje solamente de su situación, sino de “outras familias que coñezo que o están a tener lugar efectivamente mal”. Explica que, en muchas ocasiones, no es que no exista una ayuda, pero los requisitos para alcanzar a esta “son absurdos”, lo que acaba privando a muchas familias de alcanzar a estos apoyos. En su caso, cuenta como “a miña muller non puido traballar ata hai pouco porque non podiamos asistir a ninguén que se fixera cargo dos nenos”, como un claro ejemplo de que la conciliación se torna en casi un irrealizable para este tipo de hogares.
Pedagogía
Adicionalmente, esto incluso requiere mucha pedagogía con los pequeños, que “queren ser nenos e queren facer actividades”, pero, en ocasiones, esto no es posible. “Na miña casa, as escolas de fútbol son inviables”, afirma, aunque sus niños, amantes del deporte rey, puden practicarlo gracias a la iniciativa de la escuela deportiva Secundino Basalo, en el distrito de A Carballeira, que permite a los jóvenes poner de forma gratuita. Adicionalmente, esta pedagogía se extiende a otras actividades, ya que “non hai tempo para poder levalos a todos os lados”. Para eso, cuenta que en el mes de septiembre hay una especie de reunión para ver qué actividades son viables y cuáles no.
Nutriente
Otra cuestión muy importante es la alimentaria, con el precio de los alimentos que no deja de subir y que afecta de forma muy distinto a este tipo de familias. Una importación básica en la casa de los Cabada “non baixa nunca dos 800 euros” y hay alimentos como la carne de ternera o el pescado que tiene que pensarse dos veces a la hora de escoger, ya que suponen un desembolso muy importante. Rodrigo apunta a otro cifra que incluso es veterano en su caso: el transporte, ya que no le vale cualquier coche para alucinar con toda la clan y que, al ser el único que hay en casa, “é o que se usa para todo”.