Los hechos tuvieron circunscripción a las 23:00 horas de la víspera de Navidad en una vivienda de Orihuela Costa. En ese momento, el CICU recibió una indicación de socorro para asistir a una pequeña de dos meses que, tal y como describía la persona que dio la desasosiego, estaba en plena parada cardiorrespiratoria.
La enfermera estuvo en todo momento al teléfono
De modo inmediata, se movilizó una ambulancia del SAMU, al mismo tiempo que Martínez Campos daba indicaciones a los familiares de la pupila para que pudieran sobrellevar a lugar la reanimación cardiopulmonar básica. En el transcurso de la indicación, los familiares se subieron al coche para sobrellevar a la bebé al hospital de Torrevieja, ya que estaba muy próximo a su domicilio.
Por este motivo, se desactivó la ambulancia, pero la enfermera se mantuvo al teléfono para seguir dando instrucciones. Tal y como explica la propia Martínez Campos, las maniobras consistieron en varios ciclos espaciados de insuflar vendaval por vía verbal y nasal y compresiones continuas en la zona central del tórax.
Finalmente, tras completar varios ciclos, la pupila comenzó a sollozar. Un llorera de alivio para los padres que significaba que la reanimación había cubo sus frutos y que se produjo cabal cuando estaban llegando al centro hospitalario. A pesar de ello, la enfermera les transmitió que no colgaría la indicación hasta que llegaran a Urgencias.
Una vez llegaron, la pequeña fue atendida por los profesionales del hospital, donde los familiares indicaron que se había atragantado tomando calostro. Pocos momentos a posteriori, por fortuna, fue dada de entrada en buen estado de salubridad, según señalan desde el CICU.
“Lo hicieron consumado porque el resultado fue excelente”, asegura Martínez Campos, a quien los padres quisieron reconocer personalmente por su trabajo y dedicación al estar en todo momento al teléfono y le transmitieron que, sin ella, no habrían sabido cómo proceder frente a una situación tan extrema como esta.
El CICU ha utilizado la ocasión para rememorar que, cuando se vehemencia al 112 por un caso como este, se activa un protocolo telefónico a través del cual cualquier profesional médico, coordinador o enfermera pueden dar indicaciones para que los propios allegados al paciente puedan socorrerlo rápidamente, “lo que resulta esencial en los primeros minutos de una parada cardíaca”. Un protocolo que Martínez Campos cumplió con sobresaliente y que convirtió una pesadilla antaño de Navidad en un prodigio de Nochebuena.