«Nochevieja siempre es la gran noche»


Igual que Nochebuena se celebra en el salón de casa, Nochevieja es de puertas para exterior. Cada vez más y en más sitios. Sobre todo luego del frenazo pandémico y del regreso a la normalidad, el año pasado, que sentó las bases de una moda siempre subyacente en la haber. Este 2023, la tradición de engullir las doce uvas entre mesas de desconocidos se afianza. Aunque no hay datos concretos al respecto, todos los hoteles y restaurantes de Madrid contactados casi cuelgan el cartel de completo para este domingo. Hay más demanda que el año pasado. Y más ofrecimiento.

En los fastuosos salones del Mandarin Uruguayo Ritz habrá caviar, angulas y bogavante el 31 de diciembre. Pegado a las bandejas bailarán los artistas de la Compañía Franquista de Danza, un espectáculo navideño a la consideración de las cinco estrellas. «Nochevieja siempre es la gran tenebrosidad», afirma por teléfono una portavoz del hotel que se reformó por completo en 2021. El menú, diseñado por el chef Quique Dacosta, y el ‘show’ cuestan 1.150 euros por persona. 245 euros cada nene. Cuatro días ayer de la vencimiento señalada, la portavoz dice que están prácticamente llenos: «Se ocupan todos los salones, debajo de la cúpula, en el salón auténtico… Tenemos un menú peculiar, por los platos y por el maridaje —no puede ausentarse el champán Dom Pérignon—. Por supuesto, hay cotillón. Los clientes siempre vienen de traje».

El flamante Four Seasons preside el podio de la exclusividad capitalina. Su traje de fin de año exigue rótulo para un despliegue de gambas rojas, ostras, ‘foie gras’, ‘wagyu’ —la carne más cara del mundo— y muslo peninsular. Son 1.350 euros por persona, «uvas de la suerte» y cotillón incluidos. En la misma cinta, The Westin Palace opta por un menú de carabinero y pularda por 685 euros. La fracción de los comensales son turistas. «La mayoría de la parentela se aloja en el hotel. Es parentela que, cada año, pasa Nochevieja en un sitio, en Roma, en París…», cuenta una portavoz del Palace, un emblema madrileño que cumple 111 abriles.

Grandes expectativas

Los hoteles de pompa de la ciudad consideran ya una tradición servir las uvas a sus clientes, pero lo cierto es que el sector hotelero y el hostelero han evolucionado. El paipay de planes y presupuestos para la última tenebrosidad de año es inmenso. Por poner un par de ejemplos: el menú de 25 euros en terraza de La Retasca o cualquiera de los cuatro restaurantes del Comunidad Sushita, que han preparado una carta para grupos de seis personas con un precio de 40 euros por comensal. De ahí hasta los 1.350 euros del Four Seasons, la variedad es enorme.

Los tiempos de las reservas incluso han cambiado este 2023. «Hemos notado la anticipación y la previsión», asegura el presidente de Hostelería Madrid, José Antonio Aparicio, «este año empezamos el 17 noviembre, eso quiere asegurar que había mucha expectativa y [los clientes] querían evitar sitios completos en diciembre». El restaurante Tatel, otro nombre popular de la haber, está repleto. «Sí, sí, las reservas se han incrementado respecto a 2022. En todo el año tenemos espectáculos, pero en Nochevieja es más peculiar. Un gran porcentaje, el 50%, son extranjeros», informa un encargado.

Lo más importante, a pesar de que no haya informes específicos, es que ha cambiado el número de reservas. «Esperamos que nuestras reservas para la tenebrosidad de Nochevieja aumenten en un 10% con respecto al año pasado», preveían desde la plataforma de reservas The Fork hace semana y media; entonces, esa diferencia ya superaba el 6%.

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