“No es una tienda como las otras, tiene vida propia”



Hilda García, clienta habitual de Ely Kiosko, confiesa que estos días tiene “el corazón sombrío” por el clausura del establecimiento y que le va a resultar complicado ver la puerta cerrada. “Para mí el 30 de diciembre no cierra un quiosco, sino un centro cívico muy importante del extrarradio, a Javier y a Rosa los vamos a echar mucho de menos”, indica. 

En esta término, asegura que uno y otro siempre estaban pendientes de todo el mundo, “aunque con respeto a la intimidad de todo el mundo”. “No es una tienda como las otras, esta tiene vida propia”, añade. 

García considera que el establecimiento cumplía una función social muy importante. “Representa muchísimo para los que estamos cerca, me pone muy triste que cierren, siempre tenían una palabra amable y estaban dispuestos a ayudarte”, revela. 

Otra de las clientes del quiosco, Celia Adrián, todavía apunta a la cercanía como una de las cualidades más importantes del establecimiento. “Actualmente, Rosa y Javier son amigos de la tribu, comemos juntos de vez en cuando, pasamos de ser clientes a establecer una relación de amistad”, indica Adrián, quien incluso los invitó a su boda.   

Explica que va a echar mucho de menos el quiosco, pero quien más lo va a sufrir en su tribu es su padre. “Lo va a padecer fatídico, él es de pan y folleto todos los días y sé de mucha concurrencia que le va a costar contraer este clausura, hubo otros quioscos en la zona, pero ellos han creado vínculos con mucha concurrencia del extrarradio, con lo cual a muchas personas se les va una parte de su vida”, cuenta. 

Cree que lo que les diferencia de los demás es el trato. “El martes yo iba cargada con bolsas y tenía que ir desde el Couto a Lagunas, entonces les dejé allí la bolsa a mis padres para no tener que ir yo cargada”, narra Adrián. De hecho, era habitual que algún vecino dejase a Rosa al cuidado de sus hijos cuando tenía que hacer un misiva. 

Para agradecerles todo lo que le han aportado desde que era pequeño, estos días Adrián acudió al establecimiento a despedirse. “He pasado a posta por allí para verlos porque sé que estos días están siendo duros para ellos”, asegura. 

Cada vez más negocios cierran

Adrián considera que es una pena que vayan desapareciendo cada vez más los negocios que llevaban toda la vida en el extrarradio. “Ya no hay esa naturalidad, ya no hay esa tienda que te transmita la confianza de que sepas que van a estar pendientes de que tu hijo esté correctamente cuando sale a divertirse a la plaza”, comenta. 

“Quedan solo dos o tres negocios de toda la vida en el extrarradio y los nuevos no están fomentando lo mismo, se están perdiendo los títulos de la engendramiento pasada que le daba importancia a tratar correctamente a los clientes”, reflexiona Adrián. “Con el clausura del quiosco ya no vamos a tener un oficio en el que dejar un paquete, es el clausura de una época”, puntualiza.

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