La progenitora abusó de su hijo y lo grabó en vídeo para enviárselo a su pareja. La Audiencia Provincial dictó como delito de golpe sexual los abusos a los que fue sometido el último y como delito de pornografía pueril el hecho de fijar las imágenes y enviarlas.
La mamá fue a pasar revista a su hijo, que estaba en casa de los padres de la acusada, en situación de acogimiento sabido, y fue ahí cuando se produjo el demasía sexual. Desde allí habló con su pareja sentimental de aquel entonces y grabó cuatro vídeos que suman en total cerca de dos minutos en los que se puede ver cómo vulnera a su hijo.
Fue una amiga de la condenada quien, al contarle la autora de los hechos lo sucedido, se puso en contacto con servicios sociales. Estos contactaron con la pareja, que les facilitó el vídeo, y presentaron una denuncia.
Encima de los seis abriles de mazmorra se le imponen todavía otras penas: retirada de la pueblo potestad durante seis abriles y prohibición de resistir a lengua trabajos relacionados con menores por mas de diez abriles, posteriormente de salir de prisión.
La mamá no podrá acercarse ni comunicarse con su hijo hasta que haya transcurrido un año tras continuar en privilegio, deberá pagarle 2.000 euros y permanecer en privilegio vigilada otros ocho abriles más.
En la imposición de la pena se tuvo en cuenta que la acusada tiene escasa formación y error de habilidades sociales, encima de problemas en sus relaciones personales. Presenta signos de un trastorno de personalidad e impulsividad, con situaciones de pareja anteriores conflictivas, hasta el punto de estar identificada como víctima de violencia de mercaderías.
La Fiscalía pedía 18 abriles de mazmorra, permanecer 17 abriles alejada de su hijo, otros seis de privilegio vigilada y cinco durante los que se le retiraría la pueblo potestad mientras que la defensa solicitó la vacancia absolución.