Varias patrullas de Policía Franquista y de Policía Recinto llegaron a la vivienda y llamaron al timbre “insistentemente y de forma reiterada sin obtener respuesta”, tal y como apunta el comunicado policial. Conveniente a este motivo, tuvieron que emplazar a los bomberos. No obstante, estos siquiera pudieron ingresar a través de una de las ventanas del inmueble.
Tras la imposibilidad de paso, se iniciaron maniobras para forzar la puerta, cerrada con doble cerrojo. Fue entonces cuando, desde el interior, abrió la puerta una mujer, la matriz del pequeño. Esta presentaba signos de estar bajo los posesiones de alguna sustancia. Los agentes le informaron del motivo de su presencia, pero ella se negó a dejarles ocurrir alegando que, sin orden procesal, no podían entrar en la casa.
“Conveniente a la aprieto de la situación, se contactó con la autoridad procesal, que autorizó la entrada”, ha explicado el cuerpo policial. Rápidamente, se procedió a la atención del pequeño, que fue trasladado al hospital de Aranda por los servicios sanitarios. Sin retención, seguidamente fue necesario su traslado al HUBU, donde ingresó en la UCI y estuvo hospitalizado con pronóstico dificultoso durante unos días.
Un hombre se escondía en la vivienda
Asimismo, los agentes encontraron oculto en una de las habitaciones de la vivienda a un hombre. Una vez identificado el hombre, se procedió a su detención, ya que estaba quebrantando una orden de alejamiento con respecto a la mujer al encontrarse en el interior del domicilio. Encima, tenía pendientes dos requisitorias judiciales de Búsqueda, Detención y Personación.
Incluso se detuvo a la matriz del pequeño por un supuesto delito de denegación de auxilio: “Con su conducta y negativa a simplificar la entrada a los servicios policiales y sanitarios dilató la atención al pequeño poniendo en aventura la vida de su hijo y la suya, con la finalidad de encubrir y amparar a su expareja”, según ha informado la Policía.