El centro de la ciudad se ha convertido durante todo el verano en un laberinto que ayer elevó un nivel más la dificultad con el cierre de Curros Enríquez, de nuevo por obras. Desde la rúa Coruña, en el Posío, ya no existe ninguna calle que permita subir a la zona de San Francisco hasta pasar la Comisaría de Policía Nacional, con el agravante de que Para acceder hay que hacerlo por As Lagoas, ya que Curros está cortado.. Bedoya estará incomunicado hasta bien entrado septiembre, Concordia quedó restringido al tráfico hace tiempo y Celso Emilio Ferreiro estuvo ayer cerrado al tráfico durante tres meses después de que el sistema de saneamiento estallara con el temporal del 28 de mayo, y sin plazos firmes para su reapertura.
Circular en vehículo por el casco urbano de Ourense es cada día más complicado. La improvisación y la acumulación de obras en las calles hacen necesaria una guía Instrucciones para que los vehículos se muevan. El continuo retraso de las obras, que se han superpuesto entre sí en el centro de la ciudad, junto con el nefasto mantenimiento en vías como la Celso Emilio han generado un caos en los últimos días. Además, ayer Avilés de Taramancos, en O Couto, volvió a ser cerrado al tráfico (estará así al menos hasta diciembre), para añadir dificultades al laberinto urbano.
En principio, Curros reabre el jueves. Si el Consejo no rectifica, como ha hecho en otras ocasiones.