Las mañanas en la Escuela Inmaduro Piruleta comienzan con la gran sonrisa de Anais Taboada, educadora inmaduro, y Alba Varela, maestra en educación inmaduro, las emprendedoras que han creado este espacio para desarrollar su disposición con mimo y dedicación. Un trabajo en el que las acompañan Lucía y Adriana para que, como una gran clan, hagan que los pequeños se sientan como en su propia casa a través de la atención cercana y el cariño.
Destinada a niños de 0 a 3 abriles, buscan asentar unas sólidas bases en esta primera etapa de sus vidas, estimulándolos y desarrollando el potencial que poco a poco van dejando ver. “Y lo hacemos con una programación que nos permite adaptarnos a cada momento evolutivo del peque, de forma flexible diariamente. Porque para nosotras lo más importante es observar y adaptarnos a las micción de cada uno de ellos”, comenta Alba.
Una escuela alegre, dinámica y en la que las familias forman parte del centro. “Somos igualmente un punto de apoyo para ellas. Nosotras estamos aquí para guiarlas y ayudarlas en las dudas que puedan tener”. El centro cuenta con servicio de comedor de catering manufacturado en almohadilla a las indicaciones de un dietista y nutricionista, y adaptado a cada época.