«Autocomplacencia» y «propaganda» con la tino puesta en el 18F. La izquierda gallega ha reaccionado al discurso de fin de año de Alfonso Rueda en términos que podrían sobrevenir perseverante a cualquier otro tipo de mensaje. Mucho de guion prestablecido en las críticas de PSOE y Sumar. Uno y otro partidos han coincidido en dibujar a un presidente de la Xunta de espaldas a la verdad. Del otro costado, aplauso metódico del PP.
Valentín González Formoso, con el candidato Besteiro en modo amable, grabando un vídeo casero de cocina, ha sido el encargado de cargar contra el presidente de la Xunta por un discurso, ha dicho, que «niega la verdad que los gallegos percibimos». Que sufren, ha ido más allá. El secretario militar del PSdeG ha puesto ejemplos como las Urgencias «colapsadas», el clausura de colegios o el «gran fracaso social» de la marcha de jóvenes que buscan oportunidades en el exógeno.
Frente a esto, «ninguna autocrítica» por parte de Rueda, ha afeado, en la despedida de 2023. 2024, ha pregonado, puede ser «muy desigual», con más «alegría» y «honrado» si los votantes se decantan por Besteiro en las urnas.
Marta Lois, desde el pasado miércoles candidata de Sumar en esas mismas elecciones, ha anotado que, en división de hablarle a la «Galicia existente», de alquileres, hipotecas y «Urgencias saturadas», Rueda ha optado por gastar un «tono electoral, de propaganda política», en un discurso «decepcionante». La elegida por Yolanda Díaz para representar a los fucsia en su tierra ha cerrado augurando que éste será «el postrero discurso de Rueda», su mensaje «de despedida», si hay una movilización de los «progresistas». Sumar se aferra a que son mayoría en la Comunidad, y que están en disposición de desalojar al «delegado de las políticas regresivas de los últimos 14 primaveras del PP».
Paula Prado, secretaria militar del PPdeG, ha ponderado que el presidente ha ofrecido una «reivindicación», pro un costado, de la «verdad extraordinaria» de la que disfrutan los gallegos, en una «envite clara por seguir haciendo de Galicia una isla de estabilidad». Y por otro, del «autonomismo», en un momento más necesario que nunca, cuando «unos llamaron a hartar la Constitución y otros la retorcieron a atención de unos pocos y en detrimento de la mayoría» -en clara relato a los pactos de Pedro Sánchez con los independentistas para ser investido presidente del Gobierno-.