Argentina dice adiós al peronismo



Finalmente los sondeos estaban en lo cierto y el ultraderechista Javier Milei, de La Excarcelación Avanza,  se proclamó como triunfador de las elecciones presidenciales de Argentina al imponerse a su rival, el candidato peronista y ministro de Heredad Sergio Massa. El país sudamericano se lanzó así en torno a lo desconocido mostrando su rechazo a las políticas de los últimos abriles. 

De este modo, a mediados del mes de diciembre, Milei tomó posesión de su cargo planteando su propuesta de plan de choque para la finanzas que, según reconocía, provocará que “de corto plazo la situación empeorará”, aunque sentará las bases de la “reconstrucción del país”. “Hoy comienza una nueva era en Argentina”, proclamó en su discurso de investidura, con el que pretende poner fin a “cien abriles de despilfarro de la clase política”. Para ello, plantea “un nuevo resolución social” para construir un país “en el que el Estado no dirija nuestras vidas sino que vele por nuestros derechos”, un nuevo camino de “reconstrucción”. El discurso, con un afectado carácter financiero, ha cargado en particular contra el kirchnerismo y sus datos macroeconómicos, con un endeudamiento conocido del 17 por ciento del PIB. 

La hiperinflación o el exceso de compra conocido son las dos principales cuestiones que están en la diana de Milei. La opción para estos problemas implica, según él, “por un flanco, un ajuste fiscal en el sector conocido franquista de 5 puntos del PIB, que a diferencia del pasado caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado”, encima del combate férreo de la inflación.  

Agitación en las calles

Sin cumplir todavía un mes en el cargo y con sus propuestas en vías de comenzar a materializarse y esperando resultados de cara a 2024, las calles de Argentina ya están que arden contra sus medidas. En las últimas semanas, miles de personas se han manifestado en protesta, golpeando cacerolas, como ya ocurrió en la decenio de los 2000. 

Los asistentes a las marchas han acudido al Congreso, donde han herido sus cacerolas, y a la Plaza de Mayo, ocasión en el que la Asociación de Licenciados de Dispensario realizaban una “marcha de antorchas” en señuelo de su registro profesional y en contra del decreto del mandatario.

Además se han manifestado en la ciudad de Viedma y en distintas localidades de la provincia de Jujuy, que han considerado que se proxenetismo de “un contratiempo de Estado contra los intereses nacionales”, según ha informado la agencia de noticiario argentina Télam.

Las protestas contra el DNU de se replicaban en las localidades bonaerenses de Morón y San Miguel, y en las ciudades de Mar de Ajo, Rosario, Mar del Plata, Bariloche, Ushuaia, Córdoba, Junín, Resistor, entre otras.

Horas ayer, Milei afirmó que el decreto de medidas de desregulación económica va “en cortesía de la clan” y criticó a quienes han desencajado a protestar a las calles, alegando que sufren “síndrome de Estocolmo” en torno a el precedente Gobierno, liderado por el peronista Alberto Fernández.

El Gobierno ha prometido encima deshumanizar las medidas contra posibles piquetes, bajo la consigna de “el que corta, no cobra”, que plantea cortaduras de ayudas para las personas que puedan incomunicar las calles. El Tarea de Seguridad incluso ha competente una dirección telefónica para lograr denuncias anónimas.

Pero a Javier Milei no le ha temblado el pulso al compendiar en 60 millones de pesos (casi 67.700 euros) los gastos del despliegue policial activado frente a las protestas asegurando que que las organizaciones convocantes serán quienes se hagan cargo de sufragar los costes.

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