El proscenio de esta tragedia se desplegó cuando García, al no poder ceder por la puerta principal, decidió entrar por el patio trasero, una ruta alterna a la que no acostumbraba. Este cambio desencadenó una dependencia de eventos fatídicos al encontrarse cara a cara con sus propios Rottweilers, quienes, al no reconocerlo, reaccionaron de modo violenta y fatídico.
Escaló la hormaza para poder ceder
Según informes del Canal 8 de la televisión nicaragüense, García había vuelto a casa posteriormente de una reconocimiento a la casa de su religiosa, pero al descubrir que había olvidado sus llaves, optó por resquilar la hormaza perimetral de la propiedad para ceder al interior.
Sin requisa, lo que se encontró al otro flanco no fue el refugio natural esperado, sino el trágico desenlace de un disputa con sus propios animales, quienes, en un desvío devastador, le arrebataron la vida en un acto de confusión.
Este fatídico suceso no es el primero en la región en el que una persona pierde la vida a causa de sus propias mascotas. Hace tan solo una semana, un incidente similar dejó consternada a la comunidad cuando Ana Rosa Aguilera Blandón, de 83 primaveras, falleció tras ser atacada por su propio perro de raza Pitbull en la ciudad colonial de Explosivo, a pocos kilómetros de Managua.
Singular cuidado con las razas peligrosas
Las autoridades locales han destacado la empeoramiento de estos acontecimientos, subrayando la importancia de la seguridad en interacción con mascotas consideradas de razas peligrosas.
Asimismo, se intensifican los llamados a la precaución y la concienciación sobre las medidas de protección y control para evitar desenlaces tan trágicos como el ocurrido con García y otros incidentes recientes.
Estos sucesos han generado un debate en torno al control y la responsabilidad en la tenencia de animales, especialmente aquellos catalogados como potencialmente peligrosos