Clave del día | Las cifras del paro, a análisis



Los datos de empleo que se acaban de conocer echan por tierra la maldición bíblica de la equivocación de trabajo y lo erráticas de las políticas que se han llevado a promontorio en los últimos primaveras. A nivel universal hay que remontarse hasta el año 2007 para encontrar cifras como las actuales, que ya es remontarse.

Los políticos recurren a argumentos metodológicos para opinar que los números son brillantes o que hay truco en la contabilización de algunos epígrafes, como los fijos discontinuos. Lo cierto es que las cosas van acertadamente o razonablemente acertadamente. Sin secuestro, si miramos con perspectiva la situación, podemos arribar a otras conclusiones.

Da la sensación de que la sociedad camina cerca de los extremos, cerca de los desequilibrios. Por un banda están los que trabajan y son capaces de hacerse un plan de vida concorde a sus ingresos y por otro se acantonan aquellos que trabajando no son capaces de hacer frente a los gastos. Es opinar, estos últimos figuran en las estadísticas como trabajadores pero socialmente parecen unos parias porque no ganan lo suficiente.

Otro signo es lo chocante de algunas otras situaciones, como que cada vez sean más las personas que acuden a los comedores sociales mientras los empresarios dicen que hay empleo pero que no hay muchas ganas de echarse al tajo.

Quizá algún día estas variables salgan en las estadísticas. Mientras no lo hagan nadie le va a impedir que el Gobierno impulso pecho por las cifras.

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