Autorizan la extracción de esperma del esposo fallecido de una mujer para quedarse embarazada



Un decreto jurídico emitido por el Tribunal Supremo de Australia Occidental ha regalado luz verde a una viuda de 62 abriles para extraer y conservar el semen de su consorte recientemente fallecido. Sin requisa, esta aprobación no implica automáticamente su uso para concebir un hijo.

El voto se produjo tras la solicitud urgente de la mujer, cuya identidad se mantiene en el anonimato por razones legales, presentada el pasado 18 de diciembre. La petición buscaba obtener permiso para la cuna postmortem del semen de su consorte, de 61 abriles, luego de que el hospital donde se encontraba el cuerpo se negara inicialmente a obtener a su solicitud.

La viuda asegura que la obra ya había sido planeada por los dos

La viuda fundamentó su petición argumentando que tanto ella como su difunto consorte habían planeado la cuna del semen para concebir un hijo. Esta intrepidez surgió tras la pérdida de sus dos únicos hijos en accidentes separados hace aproximadamente una decenio, a la permanencia de 29 y 35 abriles, respectivamente.

Durante la audiencia, la mujer igualmente destacó que una pariente zagal, residente en Filipinas, se había ofrecido como vientre subrogado. Sin requisa, las leyes de ese país oriental requerían la presencia del hombre, identificado como el señor H., durante un periodo de tiempo, cercano con los desafíos adicionales impuestos por las restricciones de la pandemia de COVID- 19.

El enjuiciador da la razón a la viuda

La enjuiciador Fiona Seaward, al emitir el decreto a distinción de la viuda, reprendió al hospital por su negativa auténtico en un momento tan delicado. Sin requisa, enfatizó que la orden del tribunal para extraer y preservar el semen no autoriza su uso sin una orden adicional.

“Es importante subrayar que la cuna y conservación de los espermatozoides y tejidos asociados no pueden ser utilizados para ningún propósito sin la aprobación de este Tribunal“, afirmó la magistrada durante su voto.

Adicionalmente, la enjuiciador Seaward dejó claro que las órdenes emitidas no abordan la cuestión de si la solicitante cumple con los criterios legales para usar el semen en un procedimiento de fertilización póstuma.

Actualmente, la mujer podría despabilarse trasladar su caso a otra jurisdicción australiana, como Queensland. Esto se debe a que Australia Occidental no permite la fertilización póstuma para utilizar el semen del difunto consorte, aunque exploración previos han confirmado su viabilidad para la procreación.

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