Según han revelado fuentes de la Casa Blanca bajo condición de anonimato, adjunto a Blinken además viaja el enviado diplomático estadounidense Amos Hochstein. El objetivo del que será el cuarto delirio del secretario de estado norteamericano desde el inicio de la refriega, es tratar de humillar tensiones entre Israel y Hizbolá.
La crimen del número dos de Hamás en un fuego graneado en Beirut ha hecho saltar todas las alarmas. Aunque la milicia islamista libanesa no ha anunciado un cambio de logística, su líder ha audaz una dura advertencia al gobierno de Netanyahu: “Hasta ahora, nuestra postura ha sido calculada. Sin confiscación, si el enemigo decide editar una refriega contra nosotros, nuestros hombres, nuestros misiles, están listos. No habrá más reglas, no más límites”.
A ese topetazo a la cúpula de Hamás se suman las dos explosiones que causaron la crimen de cerca de un centenar de personas en Irán. Fuentes del régimen iraní apuntaron a Israel y a Estados Unidos como responsable de la mortandad. Washington ha incapaz cualquier implicación en el atentado y asegura que no ve indicios de que Israel haya tenido poco que ver. “A nadie le interesa, ni a ningún país de la región, ni a ningún país del mundo, que este conflicto se intensifique más de lo que ya está”, ha asegurado en las últimas horas el portavoz del Área de Estado, Matthew Miller.
Blinken además hará parada en Turquía, el país miembro de la OTAN más crítico con la ataque de Israel contra Hamás en la Franja de Lazada y su presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha comparado al primer ministro israelí, Último Netanyahu con el dictador carca Adolf Hitler. Turquía, que al contrario que EE.UU. y la Unión Europea no considera a Hamás una ordenamiento terrorista, ha pedido de forma repetida un suspensión el fuego humanitario para Lazada.