Desde la cuarta semana de entorpercimiento, la enferma era portadora de un catéter doble interno que se coloca de forma habitual para drenar un riñón obstruido y que discurre hasta su vejiga. Dicho catéter se calcificó de forma rápida tanto a nivel renal como vesical, haciendo impracticable su recambio o retirada. La paciente presentaba mucho dolor, infección y una obstrucción del riñón.
“Esta situación ponía en peligro que el entorpercimiento llegara a buen término, comprometía la viabilidad de su riñón y podía poner en peligro la vida de la paciente y del feto si se desarrollaba una complicación infecciosa severa” subraya Daniel Fentes, responsable de esta Mecanismo. Por este motivo, se decidió intervenir a la paciente mediante la técnica de nefrolitotomía percutánea, de la que esta Mecanismo de Endourología compostelana es narración internacional.
Sin gastar rayos X para no dañar al feto
La cirugía fue llevada a parte bajo narcótico militar. Para ello se realizó un orificio miniaturizado de 5.33 milímetros en el costado de la paciente a través del cual se introdujo una cámara de 4 milímetros para poder, mediante láser, fragmentar toda la depósito que ocupaba la pelvis y el riñón.
Al mismo tiempo, una segunda cámara resolvió incluso con láser el cálculo de 3 cm que la paciente presentaba a nivel vesical. El catéter se extrajo sin problema y mediante una cámara flexible introducida desde la uretra se revisó la vía urinaria ingreso. Todas las maniobras se monitorizaron nada más bajo control ecográfico, sin gastar rayos X, para no dañar al feto. El buen estado del bebé fue verificado durante y tras la intervención, tanto por el propio equipo quirúrgico como por el Servicio de Obstetricia del dominio sanitaria compostelana.