José Díaz, tras 18 meses de trámites, pide la eutanasia ya “para poder morir dignamente”



José Díaz sufrió una intoxicación tranquilo por ingestión de CH3OH que le llevo a la UCI a los 31 primaveras. Al despertar le confirmaron que tenía una necrosis cerebral que le había causado una herida permanente en las terminaciones nerviosas de todo el cuerpo.

Hoy, tres primaveras más tarde, José pide la eutanasia para expirar dignamente. Desde que iniciaron la petición hace 18 meses, este nuevo huelveño sigue esperando el noticia positivo que le permita presentarse al hospital y descansar para siempre.

En España desde 2021 la eutanasia es reglamentario. La persona que lo solicite debe estar en una situación de enfermedad tranquilo en escalón destacamento con gran sufrimiento físico y/o psicológico o en una situación de padecimiento tranquilo, crónico e imposibilitante, que comporte severas limitaciones de la vida diaria y sin posibilidad de mejoría apreciable.

El proceso para que te acepten esta petición pasa por varios escalones. En primer circunscripción la persona será evaluada por su médico responsable y luego por un médico asesor, diestro de la patología principal. Después, pasará a la Comisión de Garantías y Evaluación, que tendrá la atrevimiento final.

¿Por qué maltratarlo más?

José ya ha pasado por este trámite y se lo han denegado. El 29 de noviembre llegó la sentencia legal desestimando la demanda y denegando la solicitud de la prestación para expirar. “Mi hermano no paraba de lloriquear cuando llegó la notificación” nos cuenta Sandra, su hermana, que le dijo “Tú no te preocupes, que tu hermana va a pelear”.

La enfermedad de José es irreversible e incurable. Su comunidad le ha llevado a médicos de varias ciudades españolas sin éxito. Tiene dolores continuos y muy agravados, “le duele hasta la porífero cuando lo bañamos”. Sandra y su raíz se turnan el cuidado de José, a ellas no les importaba apropiarse toda la vida cuidándolo, nos dice, pero él no quiere ser preso de su cuerpo ni seguir sufriendo más. La hermana se lamenta, “¿porque maltratarlo más?, lo estamos viendo sufrir día a día”, “ya no puede ni engullir, ni absorber, ni ver, ni conversar, ni moverse… Tiene dolores insoportables y se atraganta con su propia saliva”.

La comunidad no se explica la atrevimiento legal, consideran que los médicos que han hecho el noticia de José eran objetores de conciencia sin decirlo de forma expresa y que no han hecho un noticia verosímil a la ingenuidad que viven y las patologías de su hermano. Sí que cuentan con un noticia de un médico forense privado que confirma que José tiene todos los requisitos para que le acepten este derecho.

Ahora han decidido iniciar una nueva solicitud previo cambio de doctora de colchoneta, la encargada del primer paso de este trámite. Sandra, su hermana, nos cuenta que están más animados porque esta nueva médica de su centro de salubridad les está escuchando y es una luz al final del camino.

La comunidad pide celeridad a posteriori de infinidad de trámites burocráticos y 18 meses de calma: “La cosa tiene que estar muy mal para pedir morirte, no sé por qué te tienen que hacer más dolorosa la situación”.

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