Y es que, con el reglamento en la mano, un tenista puede comparecer una única vez al vestuario y solo durante tres minutos, a no ser que se cambie la equipación; en ese caso puede demorarse cinco minutos. Esto es lo que hizo Nadal, quien no paraba de sudar adecuado a la humedad australiana, cercana al 80%.
Así, al término del primer set de su partido de octavos de Brisbane frente a Jason Kubler, el manacorense pidió ir a los vestuarios para reemplazar su indumentaria por otra nueva. Cuando volvió a la pista habían pasado cuatro segundos de los cinco minutos reglamentarios y el sentenciador de arnés no tuvo más remedido que señalizarle una amonestación.
‘Me lo he tenido que cambiar todo’
Nadal, que en un primer momento se indignó con el sentenciador, se lo tomó con humor al término del partido: “Brisbane es muy húmedo y me lo he tenido que cambiar todo. Y eso requiere un tiempo. Yo escuchaba lo que me quedaba, a través del pequeño que estaba conmigo, pero no sé si cuando le avisaban no era el tiempo correcto. Al salir a la pista, pensaba que estaba todo aceptablemente. Yo sé que soy paulatino e intentaré mejorar eso en 2024”, dijo entre risas.