Las herencias se convierten en algunos casos en una auténtica pesadilla. Como le ocurrió a J. L.T., un valenciano que se encontró de la tinieblas a la mañana con una deuda de 237.986 euros de la empresa de la clan que, ahora, por fortuna, ha conocido exonerada gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad, tal como han informado desde Aliter Abogados, el buró que ha tramitado el asunto.
«Llevaba unos primaveras sin erguir comienzo: primero, la crimen de mi padre», relata este patrón por imperativo constitucional, de alguna modo, que tuvo que coger las riendas de una compañía que había dirigido su progenitor, con graves dificultades en los últimos tiempos, en el municipio de Meliana.
«Al brindar la herencia y responsabilizarse la dirección de la empresa natural, me encontré con una deuda que era inútil responsabilizarse, era insostenible: aumentaban las deudas, el acoso de los acreedores y los embargos… hasta que me hablaron de Aliter Abogados», recuerda cuando por fin pudo despejar sus acuciantes problemas económicos, sumido interiormente de una situación tan llena de incertidumbre.
De momento, respira aliviado y, como en otros casos similares, su salvación ha venido por esta norma constitucional a la que se acogen personas que pueden aducir su imposibilidad de sufragar ciertas deudas. «La verdad es que sí, es una segunda oportunidad que no pienso desaprovechar», subraya.
«Desde aquí, sólo tengo palabras de agradecimiento para el equipo de abogados que han llevado mi caso, empiezo a ver la luz luego de mucho tiempo», apostilla.
Desde Aliter Abogados, han detallado que tuvieron que dirigir este caso con «complejidades» de modo eficaz y con un «un proceso constitucional riguroso», hasta conseguir que su cliente pueda ahora «comenzar de cero, sin deudas». Al parecer, su difunto padre había acumulado estos pagos pendientes «tratando de reflotar la empresa natural, que atravesaba una importante crisis financiera arrastrada desde la pandemia».
«Cuesta mucho dar el paso, acoger que las cosas te van mal y que no tienes otra opción más e intentar salir lo más airoso posible de la situación. No se tráfico de rendirse, se tráfico de darse una nueva oportunidad y comenzar de cero, sin deudas, sin cargas», recomienda Juan M. Hita, regente de este despacho de abogados en Valencia especializado en Ley de la Segunda Oportunidad y concurso de acreedores.