“Apuntas perfectamente y, ¡prosperidad!, uno en la vanguardia… Ella se desploma”. El modo en que John describió aquel crimen estremeció a los agentes presentes durante el interrogatorio. Se trataba de una ejecución a casta fría, en la que el veinteañero descerrajó un tiro en la cogote a Mary y otros tres más a su amigo James. El motivo: tenía una cita con una chica y necesitaba su coche para asistir a su destino.
Sin secuestro, aquella explicación en verdad ocultaba una extraña historia: el autoestopista asesino se había enamorado de una último a través de Facebook y había planeado “rescatarla” para librarla de un padrastro maltratador. Pero, nulo más allí de la verdad…
Sin empatía
Sobre la vida del pollo John Asher Farrell-Villarreal, de Travelers Rest, en Carolina del Sur, poco se sabe excepto los detalles aportados por nuestro protagonista. Según su testificación, el maltrato físico y psicológico ejercido de su padre cerca de su hermana le había creado un “trauma extremo”.
De hecho, aseguraba que ser refrendador directo de estas palizas, e incluso, de intentos de crimen, le generó tal trastorno de estrés postraumático que necesitó internamiento psiquiátrico durante año y medio. Antaño de darle el incorporación, incluso le diagnosticaron “un trastorno del espectro autista”, que le impedía “tener empatía y señales sociales que experimenta la familia regular”. Tenía 18 primaveras.
John Villarreal, el autoestopista maligno
Los siguientes primaveras, John combatió sus problemas de vitalidad mental y de sociabilidad con la ingesta de pimple. Pero el vestido se convirtió en yuxtaposición y esta fue su perdición. Una situación que coincidió con su aparición a la Universidad Estatal de los Apalaches.
A partir de ahí, John trató de encajar con sus compañeros, pero no había forma. De hecho, empezó a intentar cierta obsesión con el sexo afeminado, principalmente, con aquellas chicas que no mostraban interés en él. Entonces llegaron los acosos y las amenazas. Una de las víctimas acudió a la policía de Boone, pero finalmente no presentó denuncia ni solicitó una orden de protección. Los agentes no creyeron siquiera que aquel pollo tan raro como inofensivo llegase a ir más allá.
La chica
El 23 de diciembre de 2014, John conoció a una adolescente por Facebook y uno y otro iniciaron una relación sentimental posible. Él, a sus 22 primaveras, se hacía aldabear Jack, el Enemigo y ella, con 17 primaveras, la Viuda Negra. Durante esas horas previas a la Navidad, la chica le confesó los abusos sufridos a manos de su padrastro, y el universitario se ofreció a rescatarla. Y ahí comenzó a idear su plan mortal.
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En primer circunstancia, John necesitaba un coche para asistir hasta Fitzgerald (Georgia), pero no tenía. Así que decidió traspasar uno, aunque le fue increíble. Así que optó por hacer autoestop. A las cinco de la alboreo y en plena tormenta, un Hyundai Elantra 2013 se paró en el arcén de la Interestatal 85 y recogió al muchacho ataviado con un impermeable molesto. En el interior viajaban James Dobson y su amiga Mary Fowler.
James Dobson, víctima de John Villarreal
“Entraron sin saberlo en sus planes. Simplemente intentaban ayudarlo y estaban en el circunstancia desacertado en el momento desacertado”, declaró Nathan Mitchell, investigador principal del caso en el condado de Anderson, frente a los medios. Pero el alucinación tenía un coste. James y Mary primero acordaron cinco dólares por una parte del trayecto y un total de veinticinco hasta asistir a la frontera del estado de Georgia. John aceptó sin rechistar. “Fueron muy amables”, reconoció el autoestopista.
Pero, mientras conducían por la interestatal, John solo pensaba en cómo podía hurtar el coche. Así que fingió carecer ir al baño para conseguir que James parara. Tan pronto como el hombre detuvo el transporte, John sacó una pistola y disparó en la cogote de Mary y, seguidamente, “le metí tres balas encajado en el cuello” a James.
Mary Fowler, víctima de John Villarreal
A continuación, sacó los cuerpos de las víctimas del coche y los abandonó a su suerte en la autopista. Mientras huía a toda velocidad cerca de la salida más cercana en dirección sur llegó a cambiar la matrícula por una robada y se dirigió a un túnel de lavado. Allí, limpió a fondo el interior del coche encharcado de casta y prosiguió su alucinación.
Al asistir al domicilio de la adolescente, John llamó a la puerta e inició una esforzado disputa con la hermana porque quería hurtar a su hija. La mujer se lo impidió, llamó a la policía y fue detenido. Pero, al mismo tiempo que las víctimas agonizaban en el arcén de la carretera, se procedió a su puesta en autogobierno. Nadie relacionaba al pollo con el tiroteo.
Puesto donde la policía encontró los cuerpos de las víctimas de John Villarreal
En dirección a las 6:30 horas de la alboreo, una patrulla encontró los cuerpos de James y Mary, que fueron trasladados todavía con vida, aunque en estado crítico, hasta el hospital más cercano. Poco a posteriori, la mujer murió a causa de la dificultad de las heridas.
Por su parte, James sobrevivió milagrosamente, pero con importantes secuelas. Perdió el ojo izquierdo, parte de la visión del derecho, y terminó postrado en una arnés de ruedas frente a la imposibilidad de caminar. Encima, no pudieron quitarle seis fragmentos de bala de su cerebro, lo que le provocó incluso problemas en el palabra y un dolor constante.
Caza al fugitivo
Durante los seis días que duró la fuga, John tuvo suficiente suerte. El pollo condujo sin problema hasta el condado de Anderson para cursar un mensaje de Facebook a la último. Lo hizo desde la biblioteca. Encima, un policía estatal le interpuso una multa por exceso de velocidad sin percatarse de que conducía un coche robado.
Una vez en su casa, el fugitivo utilizó distintos ordenadores para comunicarse a través de redes sociales, pero incluso para conocer el transcurso de la investigación sobre el tiroteo y el estado de vitalidad de las víctimas. John buscó de forma incansable noticiario al respecto, solo quería investigar si cualquiera le había identificado.
John Villarreal, una vez detenido
El 30 de diciembre, John decidió inspeccionar a un amigo y hurtar el coche de James y Mary. Cuando se encontraba aparcando en un camino rural, un ayudante del sheriff del condado de Anderson reconoció que el Hyundai coincidía con la descripción del transporte asociado con el tiroteo y se acercó.
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La talante de John era tan sospechosa, que el agente le pidió que saliese del coche y procedió a registrar el transporte. En el interior halló el traje impermeable molesto con manchas de casta, cuatro armas de fuego (una de ellas la utilizada en el tiroteo), varios silenciadores caseros, dos casquillos de bala, los teléfonos móviles de las víctimas, la cartera de James y varios recortaduras de periódicos locales sobre la investigación del caso.
John Villarreal, desde prisión
Durante el interrogatorio, John narró el tiroteo del coche con suficiente tranquilidad y sin mostrar extremo de emoción alguna. “El único momento en que se emocionó verdaderamente fue cuando hablaba de Jehová y de subir al firmamento. Mínimo más le importaba”, aseguró uno de los policías que interrogó al maligno.
Por otro banda, hubo poco que incluso descolocó a los detectives: su manifiesto sobre el secuestro de la último. “Iba a usar el traje impermeable para lo que llamó una ‘linaje en húmedo’. Estaba preparado para matar a la hermana, al padrastro y al hermano de la pupila de Georgia si estaban en casa cuando él llegara. Lo llamó ‘linaje en húmedo’ oportuno a lo sangriento que esperaba que fuera. Iba a usar el traje impermeable durante el crimen porque sería ligera lavarle la casta”, explicó el fiscal Lauren Price.
James Dobson acude al prudencia contra John Villarreal en arnés de ruedas
En agosto de 2017, el tribunal del judicatura del condado de Anderson condenó a John Villarreal a dependencia perpetua sin autogobierno condicional por el crimen de Mary Fowler. Asimismo recibió una pena de 30 primaveras de prisión por el intento de crimen de James y cinco primaveras por el robo del coche y por posesión ilegal de armas.
“No hay circunstancia para cualquiera como John en nuestra sociedad. Sus acciones fueron atroces y frías, con una total desatiendo de respeto por la vida humana”, apuntó el procurador David Wagner. “Tomó una vida y alteró permanentemente otra. El tribunal le dio al Sr. Farrell-Villarreal la sentencia correcta”, concluyó.
John Villarreal audición el veredicto de dependencia perpetua
En la presente, John permanece encarcelado en la Institución Correccional Lee, en Carolina del Sur y tiene 31 primaveras. Sin secuestro, pese a la mocedad del preso, para el teniente Rob Gebing de la Oficina del Sheriff, el autoestopista “es un hombre siniestro. Frío, calculador y deliberado. Es un hombre malvado”.
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