Un olmo, cuatro prunos, cinco cipreses y 18 castaños de la plaza de Santa Ana sucumbirán a la motosierra. Otros 19 árboles serán trasplantados y enviados a un origen municipal. Solo siete plátanos de sombra se salvarán. Son las cifras preliminares del plan de reforma del aparcamiento divulgado de Santa Ana publicadas por este diario y, tan pronto como unas horas luego de conocer la mensaje, los vecinos han emitido un comunicado. Según ellos, la céntrica plaza de Madrid «corre el peligro de convertirse en otro secarral, siguiendo la huella de otras plazas del distrito como El Carmen, Comendadoras o la ‘paila’ de la Puerta del Sol».
El Junta de Madrid publicó los pliegos del plan de remodelación del ‘parking’ el pasado 27 de diciembre. Tras caducar la concesión de cincuenta abriles, el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida ha permitido un nuevo convenio para su adecuación y explotación durante otros 25 abriles, por un coste de 45,8 millones de euros. El futuro adjudicatario se encargará de acometer las obras, con una inversión auténtico de 6,36 millones, en una infraestructura construida en 1966 y en la que se detectaron goteras y daños estructurales hace tres abriles.
Según el plan, el 85% de los 54 árboles de la plaza de Santa Ana desaparecerán luego de unos trabajos que se alargarán doce meses y que prometen 110 nuevas plazas de aparcamiento para residentes. «Una reforma que la aledaños no ha pedido y que la Asociación Municipal de Sol y Alfoz de Las Cultura ve completamente innecesaria», declaran los vecinos en un comunicado conjunto con la FRAVM (Convenio Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid).
El delegado de Urbanística, Medio Ámbito y Movilidad, Borja Carabante, señaló este lunes que «todavía no hay ninguna autorización de tala en la plaza de Santa Ana», aunque confirmó que se contempla la «afección a una parte del arbolado». Los vecinos son tajantes: piden replantear la reforma, descartar la tala, entregar la papeleo del ‘parking’ a la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y reabrir otro aparcamiento de residentes cercano, el de la calle de Arboleda, con 150 plazas y cerrado durante cinco abriles. «El problema es que a los residentes nadie nos ha preguntado», lamentan.