Esta restricción no pilla por sorpresa a los centros ourensanos, ya que muchos de ellos ya tenían esta medida implantada, con lo cual no les supone ningún cambio. “No hemos notado la diferencia porque ya estaba prohibido el uso del móvil desde hace más de un año”, afirma la vicedirectora del IES As Lagoas
En este centro, en caso de ver al pupilo usando el móvil, se le requisa, se deposita en una caja de seguridad y se avisa a los tutores legales para que vayan a buscarlo. “La mayoría de padres está de acuerdo con la medida, incluso alguno nos dice ‘hoy mejor no voy, ya iré otro día”, cuenta Rodríguez.
En el IES Otero Pedrayo, esta medida siquiera supuso tan pronto como ningún cambio, ya que “nosotros ya teníamos pequeño el móvil a exclusivamente un uso pedagógico”, informa Daniel Lorenzo, director del centro. “Con los padres nunca tuvimos ningún problema”, añade.
La FAPA, en desacuerdo
La Pacto de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Centros Públicos, FAPA As Burgas, considera que es un error prohibir el uso de los móviles y cree que lo que hay que hacer es enseñar a los más jóvenes a enterarse utilizarlo porque puede ser muy útil en muchas ocasiones.
En palabras de su presidente, José Antonio Álvarez, “prohibir poco es lo más dócil, es quitarnos el problema de encima”. Asimismo, considera que “es imitado que la comunidad educativa lo ha acogido muy positivamente como dice la Dependencia, ya que las familias no lo han acogido porque no ha habido un diálogo previo”, añade.