La Xunta responde con «transparencia» a nuevos ataques de la oposición


Nunca estuvieron las playas gallegas tan concurridas en un mes de enero. No hay día en que un candidato de la izquierda a los comicios autonómicos del 18 de febrero no pise arena para exprimir electoralmente el residuos de pellets. En casos como el de este martes, se da incluso la circunstancia de que hay codazos por salir en el telediario con las famosas bolitas de plástico en la palma de la mano. Lo hicieron la del BNG, Ana Pontón, y el del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro.

Con nuevos ataques a la Xunta y su presidente, Alfonso Rueda, a los que el gobierno gallego quiere contestar con «transparencia». El término lo usó la número tres de Rueda, Ángeles Vázquez, quien será quien, en calidad de conselleira reponsable del medioambiente, dé explicaciones en el Parlamento autonómico, donde comparecerá a petición propia. Encima, la Xunta aseguró que hará públicos los dos informes técnicos encargados para analizar la naturaleza del residuos, así como el resultado de la investigación abierta por la Fiscalía.

Vázquez, durante una atención a los medios en Santiago, fue rotunda: «No tenemos mínimo que ocultar». Como parte de ese afán, el lunes por la tarde solicitó la comparecencia en el Pazo do Hórreo, frente a la Diputación Permanente —el Parlamento quedó disuelto al convocarse las elecciones—, para informar «sobre la situación del margen gallego tras la pérdida de la carga del mercante Toconao frente a la costa portuguesa». Y este martes por la mañana, el Peña Parlamentario Popular, a través de su portavoz, Alberto Pazos, y los miembros titulares, solicitó por su parte la convocatoria de una sesión con la comparecencia de Vázquez como único punto del día.

La vicepresidenta segunda recordó que la Xunta ni llevó el Tocanao a Portugal ni es el armador o propietario del barco ni tiene competencias en el espacio oceánico. Y reivindicó que su interés pasa por frenar los mercadería del residuos, de tal forma que se logre «evitar esas imágenes que son feas —en mención a la recogida de pellets—, y que no se corresponden con lo que está ocurriendo en Galicia».

De dorso a las playas

La izquierda gallega, a lo suyo, volvió a usar el residuos como vaivén electoral. Pontón, subida a esa «ola de indignación» que dijo la víspera detectar, llegó a opinar que la Xunta «puede estar prevaricando» por no elevar el nivel de alerta -sus declaraciones fueron previas a la audacia de llevarlo del 1 al 2-. Desde el Parque Natural de Corrubedo (La Coruña), la líder nacionalista volvió a sacar a pasear el Prestige, señalando que Mariano Rajoy habló entonces de «hilillos de plastilina» y que Rueda se refiere ahora a «unas bolitas de plástico». Con la izquierda gallega politizando desde hace días esta cuestión, Pontón sin secuestro acusó al gobierno gallego, «absolutamente superado», de estar supeditado a la campaña electoral, que le «importa más», que «dar respuesta a una crisis ambiental», poniendo los «intereses electorales por delante» de la resolución del residuos, achacó.

A Besteiro le caducó pronto el discurso, cuya parte más suave fue la que dedicó a afirmar que no incumplimiento a la Xunta de la «marea» de pellets, pero sí de su trámite y de «cargar el muerto a los concellos». La interpretación de Rueda, atacó, se ha caracterizado por la «marcha», la «incompetencia» y por «mentir a los gallegos». «Nos merecemos un gobierno que nos diga la verdad, que no nos mienta», proclamó, con ecos a mensajes de la época del Prestige, aunque ayer no lo mencionó. Lo que perdió rápido vigencia fue, por un flanco, el mensaje de que la Xunta no ampliaba la alerta por «complejos» y por «miedo a que eso suponga una minusvalía (sic)»; y por otro, que el presidente gallego convocó elecciones, «se fue de recreo, no se preocupó por la gentío del mar», ni por «los peces y el marisco» y lleva «un mes sin pisar ni una sola playa» —lo que conlleva, apostilló, una segunda «catástrofe institucional»—.

Porque preciso este martes Rueda se desplazó a una de las playas afectadas, la de Espiñeirido, en Porto do Son (La Coruña), en una encuentro de carácter privado, concretaron fuentes de la Xunta. El mandatario explicó a los medios de comunicación, desde A Estrada, que quiso «comprobar sobre el circunscripción» la afectación del residuos, que contrarresta un efectivo de más de 200 personas que se ampliará si es «necesario».

El rifirrafe político, en todo caso, trascendió el ámbito autonómico. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, afirmó en Onda Cero que lo que es «tóxico» no es «utilizar» el residuos contra la Xunta como hace la competición.

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