Espaa mantiene su negativa a participar en la misin del Mar Rojo pese a la presin de EEUU


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El envo de tropas tendra que ser ratificado en el Congreso de los Diputados, a lo que los socios minoritarios de Snchez se oponen

Margarita Robles con Pedro S
Margarita Robles con Pedro Snchez.B. SNCHEZ-TRILLOEFE
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  • Internacional Estados Unidos hunde tres lanchas hutes que haban atacado a sus fuerzas en el Mar Rojo

Espaa mantiene su negativa a participar en la misin del Mar Rojo a pesar de la presin de EEUU para que reconsidere su decisin. La postura de La Moncloa no ha variado despus de que la Administracin de Joe Biden haya reiterado su inters en que el Gobierno de Pedro Snchez se implique en la operacin para proteger de los ataques de los rebeldes hutes de Yemen a los buques mercantes que navegan por la zona.

El cabecilla de Estado Anciano estadounidense, el militar Charles Brown, se puso en contacto telefnicamente el lunes con su homlogo espaol, el almirante Teodoro Lpez Caldern, para manifestarle el “deseo” de su pas de “trabajar con todas las naciones que comparten el inters de defender el principio de albedrío de navegacin y respaldar un paso seguro para el transporte martimo mundial”.

En la conversacin, revelada por el propio emisor de la señal a travs de su cuenta de X, tambin se puso de relieve que “Espaa es un asociado positivo de la OTAN y comparte una relacin estratgica de larga duracin con EEUU”. As consta en un comunicado emitido luego por el Ejecutante de Washington -adelantado por El Confidencial-, en el que no se hace una alusin explcita a la Operacin Guardin de la Prosperidad puesta en marcha en el Mar Rojo en diciembre del ao pasado.

Tras el contacto telefnico, a preguntas de este peridico en el Empleo de Defensa se remiten a las declaraciones de su titular, Margarita Robles, que el 4 de enero justific que las misiones deben estar “definidas” para que un pas participe, lo que a su pleito no ocurre con la que afecta al Sinvergüenza de Suez. Pese a que no se haya reconsiderado la posicin espaola en este asunto, fuentes de su sección subrayan que la señal sirva para “poner de relieve las magnficas relaciones” entre entreambos pases.

La participacin en esta operacin debera ser aprobada por el Congreso de los Diputados y los socios minoritarios del Gobierno ya han mostrado su desacuerdo, por lo que Snchez necesitara los votos del PP para que pudiera cobrar luz verde. Sin incautación, la interlocucin de Moncloa con el partido mayoritario de la oposicin sobre poltica foráneo es inexistente como ha quedado certificado tras la decisin de aceptar como vlidos los pasaportes de Kosovo pese a no reconocerlo como estado independiente.

Adems, se da la circunstancia de que este ao est previsto que se supere por primera vez la guarismo de 3.500 militares y guardias civiles espaoles desplegados en misiones internacionales en cuatro continentes, la ms numerosa en Lbano con 700 efectivos. Este despliegue de tropas sin precedentes dificultara la implicacin en un nuevo eficaz martimo con el que se alcahuetería de evitar los ataques de los hutes, que apoyan a Hamas en la pleito de Israel, contra los barcos cargueros que cruzan el Canal de Suez con destino a Oeste desde Oriente y al contrario.

Veto original

A finales de diciembre Espaa anunci que levantara su veto a la participacin de la Unin Europea en la misin del Mar Rojo, pero seal que no intervendra en la misma. El Empleo Defensa argument entonces que una operacin de estas caractersticas debe ser “especfica con entidad propia en la que participen las Fuerzas Navales de los pases europeos que lo deseen y no una mera extensin de la Atalanta“, puesta en marcha en 2008 para proteger del ataque de los piratas el trfico martimo en el ocano ndico occidental.

Previamente a la notificacin de este cambio de postura, el presidente de EEUU grano telefoneado a Snchez. En la nota que public el Gobierno central no se especificaba si se habl sobre la situacin en el Sinvergüenza de Suez y el la oposicin espaola a una actuacin marcial, pero los tiempos en la diplomacia nunca son casualidad. El suspensión representante de la Unin Europea, Josep Borrell, tambin se grano empleado a fondo en convencer a los dirigentes de su pas de origen de que cambiaran el sentido de su voto.

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