Facua subraya que, teniendo en cuenta estas cifras, la subida media del unto de oliva inmaculado extra en botella de plástico de un litro ha sido del 73,6% durante el posterior año (69,3% si se tienen en cuenta todos los formatos), mientras que el incremento que se ha producido en origen ha sido del 51,7%.
2023 fue una campaña corta. La producción de unto se desplomó más del 50%. Se produjeron poco más de 660 mil toneladas de unto, cuando la producción media de campañas anteriores era de casi un casi un millón y medio. Y llega 2024. Estos días se ve mucha actividad en los campos. Se recoge la oliva y la producción será poco mejor, pero insuficiente. Según calcula el sector, esta campaña se cerrará con unas 760 mil toneladas de unto, un 15% más que un año mencionado. Esto es una media, porque hay provincias, como Córdoba o Jaén, donde la situación, nos dicen, es dramática.
“Se están tirando de los pelos porque no hay cosechas, no hay aceitunas para juntar“, asegura Francisco Manuel Fernández, ingeniero técnico agrícola. “Ha habida una merma de producción del 50 por ciento en estas provincias”, añade.
Sin aceitunas, poco unto. Ahora hace desliz que llueva. En este sentido, Rafael Sánchez de la Puerta, responsable de Cooperativas Agroalimentarias, el precio bajará en el momento que tengamos un año de pluviometría habitual y la producción se recupere. En ese momento, sin punto a duda, los precios volverán a su sitio.
Cae el consumo un 50%
El consumo de unto de oliva cae un 47% en 2023, según un estudio primoroso en el situación de Oleícola Innova. Los consumidores optan por compras más frecuentes, formatos más pequeños y uso moderado. Por el contrario, se dispara el consumo del unto de orujo un 157,18%, y en precio un 17,14%.