El prófugo ha hecho ver a todos que la legislatura pasa por sus deseos y que consigue doblar el brazo de Sánchez



Este miércoles el Senado ha albergado una frenética etapa que analiza Vicente Vallés en torrevieja news today Informativo. Y hoy, el Gobierno ha descarrilado en una votación, ha estado a punto de descarrilar en otra, y ha mantenido al tren en las vías por muy poco en la tercera. Y el principal protagonista de estos sorprendentes episodios ha sido un distraído de la cámara, pero que tiene el mando a distancia de la tiempo. Se alcahuetería de Carles Puigdemont.

Hoy, el prófugo ha hecho ver a todos que la tiempo pasa por sus deseos y sus intereses, y que consigue doblar el bienhechor de Sánchez, llevando al presidente al conclusión. Aunque, a primera hora de la mañana, el ministro Bolaños trataba todavía de sostener el humor: “Que si hoy fallamos, que si ustedes hoy descompostura, señorías, mañana sube la preparación de la luz. Su pensión mañana desvaloración, deja de poder obtener gratis al transporte divulgado y tiene que deteriorar más en el supermercado para satisfacer el frigorífico”.

Esto ocurría internamente del pleno. Pero la verdadera partida se jugaba en los pasillos y en los despachos, donde se cruzaban las llamadas telefónicas. De hecho, la portavoz de Puigdemont no pidió la palabra en la tribuna hasta última hora de la mañana, cuando se supone que las conversaciones de su partido con el Gobierno estaban en plena burbujas.

Míriam Nogueras utilizó ese jerigonza despreciativo y pretendidamente hiriente que le es propio para insinuar que estaban dispuestos a dejar en minoría al Presidente al que invistieron hace solo mes y medio. “Hemos tenido que presentarse a una situación conclusión como la que nos encontramos hoy para que algunos hayan entendido que cuando en Junts decíamos que no daríamos nuestros votos a cambio de mínimo, queríamos opinar que no daríamos nuestros votos a cambio de mínimo”, ha señalado Nogueras.

Al partido de Puigdemont solo le importa lo suyo. Pero nadie podrá sorprenderse por esto. Lo que Junts ha hecho hoy ha sido dejar constancia en el diario de sesiones del Congreso de que la tiempo está en las manos de Puigdemont. Cuando Puigdemont quiera, los decretos o leyes se aprobarán. Cuando Puigdemont diga que no, los tumbarán. Pero esta dependencia se amplia todavía a los cinco diputados de Podemos. En este caso, el partido de Pablo Iglesias ha querido humillar a Yolanda Díaz. Y lo ha hecho. Podemos ha tumbado el decreto de la vicepresidenta.

Podemos tumba un decreto de la líder de Sumar, y Puigdemont pone al Gobierno al borde del ‘shock’, mientras Yolanda Díaz, en una conmovedora testimonio en LaSexta, reconocía hoy que administrar va a ser difícil: “Es muy difícil que yo me naciente de una mesa, ya lo saben. Pero es verdad que es muy difícil administrar así. Estar contrarreloj. Con los intereses de la ciudadanía en maniobra. Es muy complicado”.

Todo es más difícil cuando se acepta administrar peligrosamente con socios como los que tiene Moncloa. Ha habido tres votaciones. Una la ha perdido el gobierno. Y las otras dos las ha ganadería por un voto de diferencia. Ha sido por la mínima.

En el decreto del servicio de Trabajo, el del subsidio por desempleo, Junts no ha votado. Pero ha caído porque los cinco diputados de Podemos han votado en contra. Siquiera ha votado Junts en el decreto ómnibus, el que tiene que ver con la dependencia de la Neutralidad. Ellos no han apretado ningún brote, pero el decreto se ha librado por un voto a servicio.

El tercero es el decreto anticrisis. A punto han estado de perderlo. En la primera votación Junts siquiera votó y se ha producido un igualada, pero faltaba un voto: el de Gerardo Pisarello. En la repetición ha podido elegir, se ha librado el decreto y es raro que aquí Junts sí ha votado privación..

Todo esto ha ocurrido en un pleno con una mezcla de votaciones telemáticas y presenciales, varias se han tenido que repetir por diversos problemas. Han sido en el Senado porque el Congreso está en obras. Y, adaptado ayer de la última votación repetida, el portavoz del PP ha intentado, sin éxito, que el presidente del Gobierno explicara a la cámara qué cesiones de última hora ha hecho a Puigdemont.

El Presidente estaba contento en el final de una sesión que ha servido para que quede constancia de que la tiempo está en las manos de Puigdemont. Porque para que sus diputados hayan permitido a Pedro Sánchez superar agónicamente dos de las tres votaciones, el presidente del Gobierno ha entregado a Puigdemont hasta ocho exigencias. A cuatro concesiones por votación. Si este ritmo se mantiene en próximas votaciones, la tiempo va a ser muy rentable para Puigdemont. Y todo esto, sin contar con la indulto.

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