La tripledemia ya ha alcanzado su pico más alto y los profesionales sanitarios esperan volver a la normalidad en 4 ó 5 semanas



La han mojado como tripledemia porque son tres las infecciones respiratorias que han tocado el nivel de avenida. El covid, la resfriado y el virus sincitial que provoca la bronquiolitis, han tensionado, una vez más, los hospitales del país. Pero si hay que destacar uno, es la resfriado, con una incidencia veterano que el resto. Carencia nuevo, explica el doctor Tato Vázquez Fresa, presidente de SEMES. “No ha variado nulo respecto a los abriles pre-pandemia. Hemos tenido poco más de casos porque no tenemos aún reminiscencia de la resfriado porque durante la pandemia de covid no hubo; asimismo porque la inoculación ha sido último que en otros abriles y porque, evidentemente, los mecanismos de protección que utilizábamos durante el covid, -como la mascarilla, la distancia de seguridad, la desinfección de manos o las reuniones en grupos reducidos- evitaban que llegase la resfriado con tanta intensidad. Por lo demás, volvemos a proponer lo mismo que todos los abriles: los servicios de urgencias están llenos”.

La buena comunicación es que parece que ya se ha llegado al temido pico. “Prácticamente hemos tocado el acmé, el punto mayor de la enfermedad, ya lo hemos pasado con diferente calado en las comunidades autónomas. Ahora se aplazamiento que se principio a extender la transmisión entre la ciudadanía. Podemos proponer que estamos, aproximadamente, a unas 4 ó 5 semanas para retornar a la situación de valle, la situación de normalidad en el interior de las infecciones respiratorias anuales”. Lo que sigue aumentando, aunque de modo más lenta, es el número de ingresos, “pero esperamos que en una semana empiecen a apearse”.

La tripledemia ha vuelto a tensionar los servicios sanitarios, especialmente la atención primaria y las urgencias, que se encuentran saturadas. Pero la sinceridad, según el presidente de SEMES, es que los hospitales no son capaces de absorber los ingresos que se generan derivados del servicio de urgencias. Y en este punto, Vázquez Fresa invita a los gestores a reflexionar sobre este tema. “Se debería cambiar la dinámica de trabajo: sabiendo que esto es previsible, que va a ocurrir, deberíamos reservar camas para poder afrontar los ingresos que vamos a tener. Nadie dice que se re-programe una intervención quirúrgica de un cáncer, pero tal vez podamos re-programar una intervención quirúrgica de una hernia inguinal para otra término en la que no tengamos tanta demanda de ingresos por las infecciones respiratorias”.

Lo que no es muy digno, señala, es que haya pacientes en los pasillos pendientes de subir a las plantas de hospitalización. “Esto dificulta nuestro trabajo y no es una imagen muy ejemplar. Los pasillos llenos de pacientes no son compatibles con una sanidad de calidad”. Y eso, la calidad de nuestra sanidad, es poco indiscutible, asegura. “En los servicios de urgencias seguimos atendiendo a los pacientes con la misma calidad que merecen”.

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