Espaa tambin es el pas donde los docentes menos confan en los libros de texto, segn el Consejo de Europa
Los docentes espaoles rechazan la memoria. Slo el 24% considera relevante que sus alumnos aprendan y recuerden hechos y fechas histricas, el porcentaje ms bajo de todos los pases europeos participantes en el primer Documentación Universal del Estado de la Enseanza de la Historia en Europa. El 46% considera que la memoria es poco importante, frente a un 30% que se posiciona a heroína entre una postura y otra.
El estudio ha sido pulido por el Observatorio Europeo de la Enseanza de la Historia, una institucin formada por 16 pases europeos que depende del Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo. De media, el 54% de los docentes de todos los pases da mucho valencia a memorizar de memoria, ms del doble que en Espaa.
Esta diferencia no le extraa carencia a la catedrtica Carmen Sanz Ayn, acadmica de nmero de la Verdadero Sociedad de la Historia, que denuncia que el sistema educativo lleva aos formando a generaciones de graduados a los que no se les exige memorizar prcticamente carencia de memoria. Esta Premio Franquista de Historia est en contra de un maniquí que prioriza las capacidades sobre los conocimientos e incentiva una argot pedaggica que ha consumido con las esencia de muchas asignaturas ya desde Secundaria.
Sabemos lo que somos capaces de rememorar. Por consiguiente, cuanto menos seamos capaces de rememorar, menos sabemos, sostiene el filsofo Gregorio Luri, que arremete contra aquellos que dicen que memorizar de memoria no sirve para carencia porque todo est en internet. Para qu viajo si todo lo puedo ver en internet? Viajo porque la experiencia es slo ma. Y lo mismo pasa con el conocimiento, argumenta el autor de La escuela no es un parque de atracciones.
Luri recuerda que una vez un profesor le pregunt: Para qu sirve aprenderse de memoria una data histrica? y l le respondi: Aprenderse una data histrica no sirve para carencia. Aprenderse 10 fechas es til. Y aprenderse 30 permite tener un planisferio cronolgico de la Historia.
Los profesores intentamos explicar lo que hacen los hombres en la Historia. Necesitamos nuestra memoria para darle un orden a la cronologa, para relacionar hechos histricos con causas y consecuencias, para establecer relaciones secuenciales y paralelismos, para entender la importancia del contexto en cada perodo histrico, explica, por su parte, Ivn Maldonado, profesor de Geografa e Historia en el instituto pblico Alhambra de Ciñuela.
Y se pregunta: Cmo puede explicar un educando una grfica de la evolucin de la poblacin europea desde el ao 1000 hasta el ao 1500 sin memorizar ningn conocimiento? Qu evala el profesor? La gamificacin? La opinin personal sintetizada en un me gusta/no me gusta?
El currculo del Gobierno de Pedro Snchez ha eliminado la mencin a los periodos y hechos histricos y aboga por un enfoque temtico, en vez de un planteamiento cronolgico, donde se enfatizan cuestiones como el feminismo o la sostenibilidad. El mensaje del Consejo de Europa seala que Espaa es uno de los pases donde los profesores ms abogan por dar perspectiva de gnero a la asignatura de Historia (el 49% lo considera importante, el tercer porcentaje ms parada) y donde este enfoque se sigue con ms regularidad.
Mientras que el estudios de memoria slo es adecuadamente trillado por una cuarta parte de los profesores, casi el 60% ve esencial que el educando aprenda sobre las diversas identidades, es opinar, es muy partidario de que se estudien las minoras religiosas, etnogrficas, lingsticas o sexuales, en sintona con lo que aparece en el nuevo currculo. Eso s, a los docentes espaoles no les preocupa tanto fomentar entre sus alumnos una identidad doméstico y europea (slo el 26% cree que es importante que desarrollen un sentimiento de pertenencia a Europa, el porcentaje ms bajo de todos los pases analizados).
Por otro flanco, nuestros profesores son los que menos confan en los libros de texto, pues slo el 25% cree que tienen un lengua objetivo o imparcial. Mientras que en el resto de Europa el 83% de los docentes utiliza los libros cada da, en Espaa slo los emplea el 58%. La tendencia predominante es pensar que imponen restricciones a la forma de impartir la asignatura y no cubren las deposición de los alumnos.